lunes, 9 de marzo de 2015

N&L y Fiestas.

Muuy buenas nubecitas esponojosas:

Ya se... No subí nada el viernes, lose. No me mateis por ello. Todo es porque han empezado las fiestas de la Magdalena aquí en Castellón y la semana que viene son las Fallas en Valencia (donde yo soy) asique he estado ultimando trabajos para tener estas dos semanas libres. (además de que me corté en un dedo y me duele cada vez que uso ese dedo)Tambien me iré a Madrid este fin de semana <3

El caso. Lo que quiero decir con esto es que, yo intentaré seguír mi horario de subida de historias, pero espero que comprendais el porque si algún lunes, miercoles o viernes no subo: porqué estaré o borracha o bailando o riendome por las calles de la Comunidad Valenciana. I aixó es tot, xiquetas jajaja

Bueno, como recompensa por vuestra paciencia, os voy a dar un trozo de N&L. Se que no hay mucho movimiento por el blog (ni yo me meto en otros, ni tampoco veo comentarios) pero bueno, yo continuo subiendo, que a lo mejor otros estan como yo y más adelante os gustaría leer las historietas.

Sin más dilación, aquí teneis la historia. 
Espero que la disfruteis.

P.D. Mi madrina Gema y su segundo blog, Delirios a Maquina, cumplen 5 años en la red, asique si teneis un ratillo pasaros <3

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Literalmente, me llevó a rastras hasta la cafetería. No me soltó del brazo hasta que llegamos a la puerta de la cafetería. Todo el mundo que pasaba a nuestro alrededor, tanto profesores como alumnos, nos miraba, haciendo que pasara la mayor vergüenza de toda mi vida. Ahora entiendo a mis amigas cuando las “empujo” ha hacer situaciones que según ellas son vergonzosas.

Cuando entramos en la cafetería, todas las mesas estaban llenas, como siempre. En una zona un tanto apartada, estaban las tres mesas de los profesores, aunque en ese momento, solo dos de ellas estaban ocupadas. En la última y más apartada, estaba Night leyendo algunos papeles en los cuales estaba absorto hasta que se percató de nuestra presencia, mirándome de reojo sin levantar la cabeza de las hojas. Ya al lado de la mesa, Kale me empujó suavemente a la silla que se encontraba al lado de Night, consiguiendo que me sentara y produciendo así una pequeña sonrisa a mi profesor de gimnasia.

            -
¿Tu por aquí? - ladeó la cabeza, mirándome directamente - ¿No deberías estar con tus amigos?
            - Hola profesor Night - sonreí.
            - Así me gusta - dijo, acariciando mi pelo con el dorso de su mano - Educada como debe ser. Pero no has contestado a mi pregunta.
            - Pues…- miré a Kale, con una sonrisa juguetona en los labios - Él me trajo hasta aquí.

Noté como Night giraba la cabeza hacia delante, donde Kale se había sentado, enfrente de nosotros. Me pareció oír un pequeño gruñido procedente de Night pero la sonrisa de Kale me distrajo.
           
            - Tranquilo, profe de Gimnasia - sonrió, casi enseñando todos sus dientes, antes de apoyar la cabeza entre sus manos - Solo estuvimos hablando en clase y quedamos en vernos aquí para que le diera unos trucos para tocar la guitarra.
            - Y - sonrió, aunque parecía bastante forzada, consiguiendo asustarme un poco. Parecía enfadado - ¿Tu has aceptado?
            - S-si, bueno… - balbuceé, a la vez que me alejaba- U-un profesor solo quiere lo mejor para el alumno, ¿n-no?

Miré a Kale, intentando buscar su apoyo para corroborar la excusa pero había cerrado los ojos. E incluso oí un pequeño ronquido, una respiración bastante fuerte que me dejó sin habla. Se había dormido en apenas unos segundos y me había dejado a mí con el problema que había creado él.

"Su sonrisa de ensanchó antes de apartar su mirada"
            - Ah… Siempre igual.- dijo antes de apoyar el codo en la mesa para poder apoyar su menton en su mano - Depende de que profesor - sonrió - No todos son tan amables o de fiar… Algunos pueden parecer pequeños animalitos tranquilos…

Se acercó a mí, consiguiendo que mi piel se erizara ante su presencia tan cercana. Su sonrisa se ensanchó antes de apartar su mirada.

            - Aunque en realidad son fieras que te pueden atacar en cualquier momento.

Un golpe seco en la mesa me sobresaltó, haciendo que cogiera una gran bocanada de aire al mismo tiempo que boté en mi silla. Me giré hacia el creador de dicho sonido y Kale estaba mirándonos con el ceño fruncido. Acto seguido sonó la campana que indicaba que había finalizado el recreo. La risa de Night se fundió con la agradable melodía de la sirena, consiguiendo relajarme. Solo un poco.

            - No me puedo creer que ese pelmazo no haya llegado todavía - suspiró Kale, levantándose de la silla con gracilidad - Yo me voy. - coge el abrigo pero antes de irse, coge su maletín y saca unas hojas, tendiéndomelas antes de soltarlas encima de la mesa - Aquí están las hojas. Ya me dirás que tal.

Cuando se marchó por la puerta, perdiéndose entre la multitud, aun estaba cogiendo aire. No conseguía entenderlo. En realidad, ni a él ni a Night. No actuaban como los demás profesores y eso no sabía si era bueno o malo. Sin darme cuenta, dirigí la mirada hacia Night. Conseguí evadirme por unos segundos de todo el jaleo de alrededor y observar a mi nuevo profesor un poco más a fondo. Su cara impoluta daba la impresión de que tenía el tacto del terciopelo y su pelo, un tanto revuelto, relucía con la luz de los neones. Parecía sacado de un cuadro.

Automáticamente levanté el brazo, intentando tocarlo, pero paré en seco cuando su mirada se clavó en mi mano. Una mirada que inspiraba puro terror, una llamada de alerta, y que me paralizó en el mismo instante que entró en contacto conmigo. No sonreía, pero no me daba la sensación de que aun que parecía un animal salvaje apunto de atacar, no me iba a hacer daño.

            - ¿Pasa algo Lire?

Negué con la cabeza, lentamente, intentando despejarme un poco. “Solo estoy un tanto sorprendida ante los profesores de hoy en día” pensé, volviendo a mirarlo sin levantar del todo mi cabeza. Él dibujó una medía sonrisa antes de contestar a mi confesión no formulada.

            - Aun no has visto a todos los profesores nuevos.

Sobresaltándome ante su declaración, me levanté de la silla. Las pocas personas que quedaban en la cafetería se nos quedaron mirando, un tanto extrañados. Normal. Ya era yo rarita de normal, junto con este tipo y el otro profesor, no puedo imaginarme que creían los demás. Él se levantó de la silla, tranquilamente, recogiendo sus hojas al mismo tiempo. Debía admitir que el chico no estaba mal y tampoco me sacaba tantos años.

“Lire, por favor, que es un profesor. No lo conoces de nada y ya estás pensando en cosas cochinas”
            - Pero también me salvó la vida - pensé, discutiendo con mi conciencia.

Alcé la cabeza y ví su sonrisa. Si. Esto me iba a traer algunos problemas. Y parecía que él sabía exactamente lo que estaba pensando.

            - Creo que ya va siendo hora de marcharse. Es inútil esperar a Nail - suspiró - Joder, es su primer día.
            - ¿Nail? Será el nuevo profesor de plástica, ¿no?
            - Si - abrió la puerta para que pudiera salir, que majo - Parece que estén renovando a todo el personal.
            - Bueno, la verdad es que la mayoría del profesorado son bastante mayores. Asíque supongo que es normal que se jubilen y entréis nuevos, ¿no?
            - Claro - sonrió - Así puedo vigilar que no te ocurra nada - susurró.
            - ¿Cómo? - no sabía si había sido mi imaginación o realmente había dicho lo que creí haber oído.
            - Que vas a llegar tarde. - dijo, dándome un leve impulso en el hombro - Adiós.

Le miré su espalda, más ancha de lo que creía que era. Sin poder evitarlo me sonrojé, al tiempo que entrecerré los ojos empezando a caminar hacía mi clase. De todas maneras, mi profesor, Nail, no había venido, asíque tampoco tenía mucha prisa. De pronto, alguien me cogió del brazo, balanceándome un poco, sin llegar a conseguir que perdiera el equilibrio.

            - ¿Por qué estás tan roja? - dijo Samuel, tocándome con el dedo índice la cara.- No me dirás que aquí ha pasado algo…
            - ¿Pero que estás diciendo? - dije, librándome de su agarre- Aquí ni ha pasado nada ni nadie está roja.
            - Claro, claro. - sonrió - Espero que la princesa no se enamore del héroe que la salva, sobretodo porque es su profesor.
             - ¡Estupido!

Le empujé mientras Samuel estallaba en carcajadas mientras le acompañaba a su siguiente clase, ya que me pillaba de camino. Ya en la puerta de su clase, intentó tranquilizarme un poco. Ya había conocido a dos profesores raritos, nadie me daba la seguridad de que este fuera diferente, sobre todo porque Night lo conocía.

Y como había dicho, no apareció. En fin. Se me pasaron las horas lentas, con suerte de que tuve una hora libre en la biblioteca donde me relajé escuchando música en el mp3. Ya después de que sonara el último timbre, me dirigí hacia la salida donde me encontré a Sofía y estuvimos hablando un rato hasta que chocamos contra Nacho.

            - Venga, Lire. Confiesa. - dijo Sofía, sonriente, levantando las cejas - ¿Qué te llevas con el profesor Kale?
            - Tía, en serio, solo me estaba dando unas partituras.
            - Si, ya y yo me lo creo. Pensaba que no te gustaba cerca de Night por, ya sabes que.
            - ¡Agh! - levanté las manos, riéndome - ¿Por qué todo el mundo me contradice?

Me fui hacia el grupo, pero justo cuando iba a tocar el hombro de Miguel, una fuerte punzada en el pecho me obligo a parar de respirar. De repente, el mundo comenzó  a inclinarse y llevándome la mano en el pecho, me paré en seco. Noté esa extraña sensación que había notado el día de mi secuestro. Empecé a sentir nauseas cuando escuché una conversación entre Sofía y Nacho, que supuestamente no debería oír.

            - Nacho, Lire me preocupa.
            - ¿Por qué? Yo la veo como siempre
            - Creo que le tema del secuestro y esos profesores nuevos. Vamos sabes que es demasiada casualidad. Mira.
            - Oh… ¿ese no es Night?
            - Desde que hemos salido, ha estado observando a Lire todo el tiempo. ¿No te parece raro?
            - Vamos, seguro que son imaginaciones tuyas.

Oí su nombre de la voz de Naomi. Alcé la cabeza, sudando, realmente mareada, cuando noté como desaparecía el dolor rápidamente. Pestañeé varias veces. Sofía me tocó el hombro y la miré, un tanto sorprendida, aunque su rostro denotaba más sorpresa.
            - ¿Te encuentras bien?
            - Si… Creo que sí.
            - Vamos, Lire - dijo Miguel - Que nos estarán esperando en la esquina.

Me fui con Miguel, intentando asimilar lo ocurrido. Había escuchado una conversación que estaba a varios metros de distancia. No creo que eso fuera normal. Sentía aun un leve dolor en el pecho, pero la rareza de la situación ocupaba todos mis pensamientos. De nuevo, Night estaba dentro de lo ocurrido, de las cosas extrañas que están ocurriendo en mi vida. ¿Por qué? ¿Qué me está ocurriendo?

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