lunes, 2 de marzo de 2015

N&L - Cap. 3 a)

Holaa nubecitas esponjosas:
Yo pensando donde metí la obra.

¿Que tal va el lunes? Yo por culpa de una cama nueva y más dura que una piedra no he dormido en toda la noche y como no, ha echo que falte a clase. Que delicada soy, leches. Pero bueno, aquí estoy, subiendo un trozo de la historia de nuestro querido Night y la patosa de Lire. El caso es que escribí esta parte hace varias semanas, pero no se donde la metí, asique la he tenido que volver a escribir (Bien...)

Bueno, voy a hacer otro blog, más personal. Este es más para dar rienda suelta a mi imaginación y que vosotros deis vuestra opinión sobre mi grado de cordura. El otro será más bien... locura siempre. Pero bue, poco a poco, porque quiero poner bien el blog antes de "estrenarlo", ya avisaré por aquí o por twitter.

Siguen abiertas las preguntas para nuestros protas de N&L, tanto aquí como por twitter. Preguntar lo que querais :3

Sin más dilación, la historia. 
Espero que la disfruteis.
Saludos.

**************************************************


Tocó el timbre y toda la clase comenzó a salir a empujones, mientras Kale recogía sus papeles. Fui a mi silla y cogí la mochila, un tanto decaída. ¿Por qué todos los profesores nuevos la habían tomado conmigo? Ya fuera de la clase, alguien tocó mi hombro. Era Begoña con unas hojas que me había dejado.
           
-         ¿Estás bien?
-         Si, tranquila. ¡Ah! – de pronto, unas manos se colocaron en mis ojos, impidiéndome ver - ¿Quién es?
-         Alguien… - dijo una voz detrás de mí. Una voz que conocía muy bien.
-         Samuel… - dije sonriente. Me giré y ahí estaba él sonriente - Ven aquíiii

Le abracé por el cuello, como tan acostumbrado lo tenía. Me rodeó la cadera despacio, como siempre. Nos separamos rápidamente y, junto con Begoña, fuimos caminando por el pasillo, junto con las demás personajes del instituto, hacia nuestra siguiente clase.
           
-         ¿Cómo te encuentras hoy?
-         Cansadísima… Ya te conté lo de ayer… Pero bien ¿Tu qué tal?
-         Ya… Yo bien. – me cogió del brazo, intentando hablarme solo a mí -  ¿Te has dado cuenta de que cada vez los profesores nuevos son más jóvenes?
-         Si…

Fue una pequeña tontería lo que había dicho Samuel, pero tenía razón. No sabía cuántos años tenía Kale, pero parecía de la edad de Night y creí haber oído que había otro profesor nuevo. Samuel tiró de mía, obligándome a parar y retirándome de mis pensamientos.
           
-         Hey… ¿Seguro que estás bien?
-         Si si, tranquilo… - sonreí y divisé detrás de él a Ferrán y Fede - ¡Hola chicos!
-         Buenaas – dijo Fede, acercándose a mí para darme dos besos antes de que la mano de Ferrán me revolviera el pelo
-         ¿Qué pasa, peque?
-         ¡Noo! ¡Deja mi pelo tranquilo! – dije entre risas peinándomelo.

Tuvimos un minuto de risas antes de continuar cada uno por su camino. Una conversación muy trivial que solía repetirse casi todos los días con todos los amigos que me encontraba por el pasillo. Una razón más por la que siempre llegaba tarde a clase.

-         Bueno, ¿A qué piso vas?
-         Al de abajo del todo. ¿Tu?
-         Física y Química – dijo indicando hacía arriba con el índice antes de darme un beso en la mejilla – Hablamos en el patio, ¿Vale?
-         No hay nada de qué hablar – respondí enseñándole la lengua – Hasta luego.
-         Joder tía… - dijo Begoña, dándome un codazo – Vamos a llegar tarde no, lo siguiente.
-         ¡Lo siento! – la abracé por detrás.

Por suerte, la profesora no había llegado todavía cuando aparecimos por el pasillo. Fue una hora muy pesada, la verdad, pero llegó la hora del patio casi sin darme cuenta. Y sin pensarlo, fui directa al rincón y sin saludar a nadie en los bancos, tiré la mochila al montón, seguida de mí. Me pesaba el cuerpo como si de una roca de mil toneladas fuera. Pero cuando ya había pillado la posición cómoda, alguien me tapó el sol.

-         “Por favor, que no sea Kale…”
-         Teneemoos quee hablaaar – dijo Samuel, sonriente, tendiéndome la mano
-         Buff… No hay nada de que hablaaarr – sonreí
-         Venga va, pedazo de vaga y levántate.
-         Mira que eres pesado cuando quieres – gruñí, aceptando su mano
-         Lo se.

Comenzamos a caminar por el patio, charlando un poco de todo, sin prestar mucha atención ni a la conversación ni a lo que pasaba a nuestro alrededor. Era una buena forma de pasar el rato y de evadirte de… bueno, todo. Entonces, Samuel bufó consiguiendo que le prestara la atención que él quería.

-         ¿Qué te ocurre realmente? Estás demasiado distraída para ser tú. – dijo, saludando a un chico con la mano.
-         Bueno… Tengo muchas cosas en la cabeza – saludé con la mano a dos chicas – Demasiadas cosas en apenas tres días
-         Si, eso es verdad…
-         Y luego los profesores… No se… no me acaban de gustar.
-         ¿Eh? – se detiene delante de mí, obligándome a pararme también - ¿Es solo eso?
-         Em… Si
-         Menos mal – dijo abrazándome – Pensé que sería algo peor… Esas cosas son normales, mujer, son gente nueva…
-         Ya, claro… - sonreí – Pero suéltame, que la gente pensara mal…´
-         Me dan igual los demás, si tu estás mal, ¿de acuerdo? – dijo mirándome a los ojos antes de separarse de mí.
-         De acuerdo… ¡ah!
 



Un fuerte tirón del brazo me apartó de Samuel unos centímetros, sorprendiéndome ante tal rudeza.
Dispuesta a replicar, agité el brazo intentando desenganchándome de la mano que me agarraba pero no pude. Fruncí el ceño al descubrir que era el profesor Kale, el cual me observaba un tanto sonriente y malicioso.
            - Señorita Lire, le había dicho que en la hora del patio, es decir - dijo, aflojando la tensión de la mano pero sin soltarme - ahora, usted vendría a verme a la cafetería.

Miró a Samuel y sonrió, dejando un tanto desconcertado a Samuel.
            - Me la llevo.
            - Samuel - dije, sin poder evitar que tirara de mí.
            - Está prohibido raptar a los alumnos - excusó Samuel. No se le ocurrió otra excusa mejor, al parecer, sonriendo de medio lado como hacía siempre.
            - ¿Raptar? ¿Yo? - rió, levantando una ceja, un tanto incrédulo por la situación. - Muy buena, chaval. Hasta otra.

Cerré los ojos, intentando caminar bien mientras el profesor Kale me arrastraba hacia la cafetería. Antes de alejarme de Samuel, le oí suspirar.

            - Pobre Lire…

                                                                       ***

<3

2 comentarios:

  1. ¿Vas ha abrir otro blog? Vivaaaaaaa
    Que gracia me ha hecho la frase de "Estás demasiado distraída para ser tú", pobrecita jejejeje
    Un besote
    Lena

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jajaja está en proceso, ya puse una entrada, pero todavía está ahí ahí.
      La frase es que ella es patosisima y está en las nubes y bueno... ya sabes jajaj está más empanada que de costumbre
      Me alegra verte por aquí :3
      Besoss

      <3

      Eliminar