sábado, 31 de enero de 2015

N&L - Cap.2 c)

Eyyyyyy, ¿como estan mis nubecitas esponjosas?

Yo con un internet que da asco. Estoy en casa de mis padres y mi hermana (tan encantadora como siempre *IRONIA*) me está robando toodo el internet, asique apenas me funciona. Llevo desde ayer intentando subir, pero me cansé. ¡Pero bueno! Hoy a intentarlo de nuevo. 


Y aquí estoy, dejandoos con un trozo más del Capitulo 2 de las aventuras de Night y Lire. Aun queda un poco más para que acabe este capítulo, (lo siento, es bastante largo) pero tranquilas, mis revoltosas nubecitas, que ¡el siguiente Capitulo está cerca! Y con él, ¡más personajes!

Asique, no me voy a enredar más por las ramas. Bueno si, una cosa más. Debo añadir que en esta parte he tenido bastantes problemas con Lire. Es muy desconfiada, (normal, la secuestran y la salva alguien desconocido) asique eso crea problemas a Night para "intimar" con ella. Este trozo es una demostración del "tira y afloja" de la consciencia de Lire y casi la cago jajaja. Peeero bueno, espero poder desarrollar bien esta relación tan extraña.

Espero que lo disfruteis.
Saludos.

**************************************************************************


Así, uno a uno fue presentándose y diciendo sus hobbies con respecto a los deportes o cuales practicaban. Yo estaba la última de la lista asíque, no me di cuenta de cuando me tocó hasta que levanté la mirada y él y los demás me estaban mirando. Hice una rápida pasada a todas las miradas y con una sonrisa tonta asentí a su pregunta:

            - ¿Lire? ¿Estás con nosotros? - ante mi asentimiento, continuó - De acuerdo, dime cual es tu deporte favorito.
            - El Voleyball - contesté sin que me temblara la voz. - También lo practico, además del frontón en mis tiempos libres.
            - Oh, que grata sorpresa - dijo Night, apuntando en las hojas antes de mirarme de nuevo, dibujando una media sonrisa en su rostro -  También es el mío.

Después de su confesión, dejó los papeles al suelo y cogió los dos balones de futbol que tenía en sus pies. Las chicas ya me estaban fulminando con la mirada, pero intentaba no prestarles atención, sin embargo, sabía lo que iba a pasar: Iba a ser la diana de todas mis rivales en el partido que estaba anunciando el “profesor Night” que íbamos a hacer. Perfecto.

Me froté el estomago, dolorida. No tenía muchas ganas de ponerme a correr, dar y recibir empujones de unas adolescentes con las hormonas a flor de piel y ver como disfrutaba mi supuesto salvador, el cual estaba ocupado haciendo su trabajo en ese momento. Mejor. Cuantas menos miradas de él se dirigieran a mí, menos situaciones incómodas tendría que soportar. Aunque ese día no tenía la buena suerte de mi lado. En realidad, creo que la buena suerte me abandonó dos días ántes.

            - Bueno chicas, dividiros en dos grupos. - dijo Night a las chicas de mi clase, las cuales le estaban rodeando. - Yo vuelvo enseguida.

Todas contestaron efusivas y comenzaron a cuchichear en cuanto salió de su círculo. Pensando que estaba casi a salvo, él gritó mi nombre y sonriente, hizo señas para que me acercara. Sin necesidad de mirarlas, notaba las quince o catorce miradas de mis compañeras en mi espalda.
           
            - Algunas tienen suerte - susurró Begoña, sonriendo.
            - Luego me la presentas… - dije, hiendo hacia Night con desgana.

Fui lentamente hacia él, sin prisa. Él sabía que estaba dolorida, así que ¿Por qué no aprovecharse de ello? No iba a ir corriendo a su llamada, si eso es lo que él se esperaba. Además, seguía sin fiarme de él, no podía evitar sentirme cohibida cada vez que me acercaba a él, sin embargo, sus ojos me daban una mezcla de seguridad y peligro. Era una sensación extraña el estar con Night. No me gustaba tener sentimientos enfrentados en mi interior por una persona que no conocía y por ello, intentaba tener el mínimo contacto con él.

Ya en el centro de la pista, al lado del profesor, esperé a que terminara de elegir a un árbitro para el partido de los chicos para preguntarle para que me había llamado. Pero esos no eran sus planes. Se giró con una sonrisa en los labios, y me agarró de los hombros, acercándome al grupo.

            - Y una cosa más chicos. Os encargo el cuidar de esta chica lo máximo posible. Todos sabéis que es una persona muy patosa y su hermana me ha dicho que me asegure de su protección, asíque, cuando yo no esté, cuidarla ¿vale?

Todos asintieron entre risas. ¡Que acto más vergonzoso! ¿A que profesor se le ocurre soltar tal sermón? Además, ¿había escuchado mi excusa y la había usado en contra mía?

            - De acuerdo, a jugar. - dijo Night, ya soltándome. Se dirigió al grupo de las chicas, no sin antes decirme un par de cosas - Vamos, Lire, tu también vas a jugar.
            - ¿Qué? ¡Espere un momento! - le dije, cogiéndole de la manga, obligándolo a que parase. Apartó mi mano de su sudadera a la velocidad de la luz, pero eso no hizo que me desconcentrara de mi propósito. - No puedo jugar, aún estoy resentida de… ejem... ya sabe que… ¿No podría ser el arbitro?
            - Lire… - su voz sonó profunda - No puedo dar favoritismos ha nadie, ni aunque sea a una conocida. - se agachó a la altura de mi rostro, sonriendo - ¿Quieres que te pillen más manía de la que te tienen ahora?
            - Oh… ¡Pero serás!
            - Nonono - dijo anticipando mis intenciones de replicar - Soy tu profesor, querida. - se cruzó de brazos, sin dejar de sonreír - No tengo porqué darte explicaciones ni favoritismos. Además, no tienes la mínima posibilidad de cambiar la opinión de mi persona hacia los demás.

Entonces caí. ¡Se había propuesto coger el papel de profesor bueno! Pero, eso significaba. ¿Qué él no era así de verdad? Me había liado. Intentaba confundirme y me había puesto en una situación en la que, cualquier cosa que dijera, nadie me creería. Entonces… ¿era bueno o era malo? Ante mis quebraderos de cabeza, Night seguía observándome hasta que bufó, despertándome de mis pensamientos, pero antes de que dijera nada, acarició de nuevo mi cabeza suavemente, desarmándome por completo.

            - No te preocupes por nada, Lire. - susurró, apartando su fría mano de mi cabeza - Estoy aquí para protegerte. Eso es lo único que debes saber.

Y dicho eso, se alejó de mí. Se acercó al grupo de chicas y comenzó a explicarles lo que anteriormente les había explicado a los chicos, sin embargo, no escuché. Solo me había quedado con sus últimas palabras, todo lo demás había desaparecido. Hasta que un balón rozó mis pies. Alcé la mirada y Dana me señalaba que fuera. Negué con la cabeza para olvidarme de las embriagadoras palabras de Night y me centré en el juego. Si iba a jugar, jugaría bien.


No pude evitar sentir ciertos ¿Celos? Para que negarlo. Él sonreía mientras hablaba con las demás chicas, que ¡por Dios! Podían limpiarse las babas por lo menos. Si, me molestaba que las dejara que le adularan, pero… Él no era nada mío. “Solo tu salvador” dijo mi conciencia, pero los equipos ya estaban hechos y debía concentrarme.

Junto con Begoña y Dana, estabamos en un equipo bastante bien distribuido, pero las del otro bando, con Andrea y su pandilla de contrarias, iba a tenerlo claro. Me tocó de portera, un tanto descabellado para mi situación pero nadie lo sabía, ni quería que lo supieran asique tuve que aceptar sin rechistar. El partido no nos fue nada mal. Casi a mitad de clase ya habíamos marcado dos goles y tenía una buena defensa.

Sin embargo, Andrea no iba a desaprovechar la oportunidad de darme “algún que otro toquecito inapropiado” y tanto que lo hizo. Yo ya estaba cansada, apenas podía aguantar como el sudor rozaba las heridas haciendo que escocieran y creí ver como Night estaba apunto de sacarme del campo cuando un “¡Cuidado!” por parte de Dana me avisó, aunque demasiado tarde. Andrea había chutado y el balón fue directo ha parar en mi pecho.

Sentí una fuerte opresión en el pecho tan fuerte, que se me olvidó de cómo respirar. Caí de rodillas, sintiendo todo el peso de la gravedad sobre mi cuerpo. Intenté divisar algo, pero tenía la vista borrosa, blanquecina, sin poder distinguir bien que se había dado cuenta de mi shock. Y creí que caería desplomada en el suelo, sin embargo, unos brazos me cogieron a tiempo y me elevaron al instante.
 

<3

miércoles, 28 de enero de 2015

Nominada a Premios Dardos y Parabatais

Holaaaf nubecitas esponjosas:

¿Todo bien? Espero que disculpeis mi falta de el lunes. Tenía examenes y no me dió tiempo a subir historia. Y hoy iba a subir, pero ¿que me comenta mi madrina? Que la señorita Sara del Pozo me había nominado a los premios Dardos y Parabatais.

Asíque, os explicaré las reglas :)

REGLAS:

1. Responder a las diez preguntas realizadas por Anna en su blog
2. Nominar a diez blogs
3. Realizar diez nuevas preguntas


PREGUNTAS:

  1.- Haz un ranking con tus 3 citas de libros favoritas.
      ~> Ciertamente no suelo quedarme con parte de los libros, frases o capitulos. Me quedo con el libro en general, ya que si no me llena el libro entero, no puedo enfrascarme en la historia. Pero bueno, podría decirse que como "Cita", Memorias de Idhún, de Laura Gallego, cuando Victoria está "consumida" por la venganza para matar a Kirtash. Dice una frase (lo siento por mi memoria de pez) "Los muertos no lloran, Shail" que me impactó bastante y dejó huella en mí.

Otra historia que tambien me ha impactado ha tal grado que me consideré una escritora benevola (Gema se reirá por este comentario xd) es con Aquerón de la saga Cazadores Oscuros de Sherilyn Kenyon. Toda la primera parte del libro para mí es una cita que es de mis favoritas pero impactante de ver la crueldad del ser humano y como, a pesar de las penurias que pasa el protagonista, él sigue adelante.

Y por último, Corazón de tinta de Cornelia Funke. Me deprimí muchisimo al ver la película, me esperaba muchisimo más, porque el libro me llenó muchisimo: Su descripción de los paises y los personajes, el desarrollo de la trama, la evolución de los personajes... Me encanta esta escritora.

  2.- Describe tu blog con una palabra.
      ~> Caprichoso.

  3.- Un libro que quieras volver a leer 
      ~> Aquerón de Sherylin Kenyon. Me gustaría volver a leerlo pero no puedo. Es tan fuerte que no podría leerlo de nuevo sin llorar durante todo el libro. Y tambien los cuatro libros de la saga Crónicas de la torre de Laura Gallego. No hay nada de la trilogia que me disguste y aunque haya perdido los dos primeros libros, los volveré a comprar para poder leerlos.

  4.- Si pudieses ser un escritor ¿quién serías? ¿por qué?
      ~> Sherylin Kenyon. Es sencillamente perfecta. Te mete en la historia desde el primer párrafo hasta el último punto del épilogo. Además de que la historia tiene de todo, siempre te sorprende con los épilogos.
 
       5.-  Comenta una iniciativa bloggera que te guste y por qué.
      ~> Cuéntame tu historia. Deja llevar tu imaginación hasta niveles inimaginables. Me encanta, en serio. Las autoras de esta iniciativa tienen una soltura para crear personajes o ambientes que tenemos que desarrollar espectaculares. Las quiero muchisimo :)
 
       6.-   Recomienda un blog y explica por qué lo has escogido.
           ~> Recomendaria a todos los que sigo, pero si tengo que elegir uno no puedo escoger otro más que el de mi Madrina, Gema :) Tiene varios pero Beyond a Writer's Mind es el que más me gusta. La conozco desde hace años y su imaginación no para de evolucionar. Es una excelente persona y escritora fantástica. Y tambien porque la quiero muchito ~^3^~
 
       7.-  Un libro del que tengas buenos recuerdos.
           ~> El Super Zorro de Roald Dahl. Era un libro que leí de pequeña y que volví a leer no hace mucho. Siempre me ha echo gracia, era ingenioso y divertido. Uno de los libros que me hizo interesarme por la lectura y por la escritura.
   
       8.-   ¿Alguna afición más aparte de leer/escribir?
           ~> Muchas. Me gusta dibujar, pintar, cocinar, tocar el piano, leer comics y muchas cosas más jajaja.
 
       9.-  ¿Qué género literario te gusta menos?
           ~> El de terror y el policiaco. Nose... No me acaban.
 
      10.-   ¿Cómo fueron tus inicios en blogger?
           ~> Ahora mismo estoy en mis inicios asíque bien. Van muy bien gracias a todos los que me estais leyendo. Gracias por comentar e interesaros de mis historias.
    

       Mis nominados 

     4.- Compases Rotos. 

    No se me ocurren más blogs a los que nominar porque practicamente ya están todos.
    Y mis preguntas son.


    Preguntas

     1.- ¿Quién te inició al mundo del blogger?
     2.- ¿Sueles leer libros de tapa dura/blanda o más pdf/epub?¿Por qué? 
     3.- Si pudieras hacer una película de alguna historia tuya o que hayas leido, ¿cuál te gustaría que fuera?
     4.- ¿Cual fue el primer libro que leiste y que te impactó?
     5.- Si tuvieras la posibilidad de elegir un superpoder ¿cuál sería?
     6.- ¿A donde viajarías si tuvieras el suficiente dinero para irte muuucho tiempo?
     7.- ¿En que mundo vivirias (de fantasía, de libro o película)?
     8.- ¿Te gustan más las historias largas o cortas?¿Por qué?
     9.- En dos palabras. ¿Como describirias tus historias?
    10.- ¿Prefieres un final triste o feliz? ¿Por que?
 
 
 
 
 
 
   <3<3<3<3
 
 

viernes, 23 de enero de 2015

Un copo de nieve

Ainss, nubecitas esponjosas.

¿Os gustan las cosas nuevas? Iban a ver más, pero lo vi demasiado cargado, asíque solo dejé el título y el iconito a la izquierda de la pestaña que sale cuando pones esta pagina. (¿Favicon?) Bueno, lo que se ha podido, se ha echo jeje. Espero críticas ¬¬

No tengo mucho tiempo para esto, ya que tengo muuuchos examenes el lunes (3...seguidos...), pero intento sacar un poquito de tiempo para seguir con el horario planeado. Por eso, y para dar un poco de variedad, os traigo hoy un corto que se me ocurrió mirando por la ventana estos dias. Estoy en mi pueblecito, (Salinas del Manzano, Cuenca, España) y aquí nieva bastante por esta epoca.

Asique sin más dilación os traigo el corto "Un copo de nieve".
Espero que os guste.
Saludos.

********************************************************************

El niño no debaja de mirar por la ventana del autobus, nervioso, inquieto. No era su primer viaje en ese transporte, ni mucho menos, pero si a donde se dirigía. Su familia no tenía dinero para mantener un coche, ni siquiera para comprarlo. Sin embargo, su padre, el cual estaba a su lado, se había esforzado mucho en conseguir el dinero suficiente para poder llevar a su hijo a ese lugar, el cual le traia tantos recuerdos. El lugar donde conoció a su mujer.

Los momentos más bonitos de su vida habían pasado allí, un verano que tuvo que trabajar por unas pocas pesetas después de gastar todos sus ahorros para poder viajar pero que valió la pena, porque pudo conocerla. El calor que hacía ese día, las risas mal disimuladas del grupito de cuatro mujeres que observaban tanto a él, como a sus tres compañeros de trabajo, las miradas furtivas hacia ese moño castaño y a sus ojos de color miel. Si, lo recordaba a la perfección todo.

Sin embargo, este viaje no era para él. No. Este viaje era para su hijo. Para que viera su primera nevada, su primer copo de nieve, para que tocara la nieve. Si, sabía que su hijo había soñado con ello muchas veces, porque su madre siempre le había contado historias sobre su infancia allí. Todas llenas de la fantastica fantasía que la caracterizaba, tan inocente. Nunca cambió.

Miró a su hijo con una sonrisa. Su emoción era la que tenía él cada vez que tenía la oportunidad de ver a Rosalinda, la que después fue su novia, su esposa y por último, la madre su hijo. Fue perfecta hasta el último momento. Aunque su padre no aceptaba su noviazgo ni su casamiento, se fugaron juntos y sumidos en la pobreza, solo con amor y cariño, criaron al hijo que llevaba en su vientre. No tuvo mucho tiempo para estar con ella, siempre de trabajo en trabajo para dar de comer a sus seres más queridos, pero valió la pena.

            - ¿Estás nervioso, Mario? - dijo Fernando, acariciando suavemente su cabeza.
            - Si, papá. ¿Será tan fría y blanca como decía mamá? ¿Se derretirá en mi mano?
            - Ya lo verás cariño, ya lo verás. - le susurró, abrazandolo mientras señalaba por la ventana - Mira, Mario, allí en la montaña.
            - ¡Ala! -gritó Mario, arrodillandose en el asiento antes de apoyarse en la ventana.

Después de la muerte de Rosalinda, su padre, el mismo que lo contrato para hacer las obras en su casa, el mismo que los rechazo cuando le pidieron cobijo para criar al que sería su nieto, ahora, como último deseo de su hija y como disculpa por todo el pesar que les había causado, les ofrecía un lugar para vivir, lleno de recuerdos preciosos y de futuros momentos para su hijo. No pudo rechazarlo, aunque por un segundo le inundó la rabia y el orgullo, no pudo reprocharle nada. Ahora tenía que pensar en su hijo.

          - A partir de ahora viviremos con el abuelo, el padre de Rosalinda. - le dijo Fernando a su hijo, aun ensimismado con el paisaje blanquecino.
          - ¿Estaremos donde estuvo mamá de pequeña?
          - Si cariño.
          - ¿Veré todos los días la nieve?
          - No todos los días, pero si muchas veces al año.
          - Así mamá estará conmigo. - susurró Mario, sonriendo.

Fernando tragó saliva. Se levantó y cogió sus maletas antes de que parara el autobús. Ya había reconocido las casas antes de entrar al pueblo, el cual estaba cubierto por una gran capa de blanco, dando un matiz lugareño al lugar. Si. Sería un buen lugar para cuidar el resto de su vida tanto a su hijo como a los recuerdos de su mujer.

Mario se levantó dejando que su padre le pusiera la chaqueta antes de salir a la calle. Ya sentía el aire frio del lugar y eso le emocionó mucho más a tocar la nieve que su madre tanto le había hablado los días de lluvia. Como se derretía al contacto del cuerpo, como se podían formar figuras, como el frío calaba los huesos... Quería ver con sus propios lo que tanto su madre admiraba.

Y lo consiguió. Una extensión de nieve se encontraba delante de él, pero los nervios, la emoción no le dejaban avanzar a probar ese misterioso material blanco. Notó la mano mollosa de su padre en su espalda y como le colocaba un gorro de lana en la cabeza.

          - No vayas a constiparte ahora. No te alejes mucho de aquí, que tu abuelo no tiene que tardar mucho en venir.

Volvió la vista hacia el paisaje blanco y avanzó varios pasos. La nieve dejaba marcado su rastro, el camino que había dejado atrás. Se agachó lentamente y cogió todo lo que pudo en la mano, deshaciendola con los dedos, dejando que volviera desecha al suelo. Sonrió. Miró a su padre y se quitó un guante. Volvió a coger un buen cacho de nieve.

          - ¡No te la metas en la boca, Mario!
          - Jo... - susurró, intentando hacer una bola con las dos manos.

Sintió el tacto frío de la nieve en su mano, antes de volver a mirar hacia arriba y pestañear varias veces. Sentía a su madre en el aire.

          - Papá - dijo dandole la espalda.
          - ¿Qué ocurre, Mario?
          - Mamá tenía razón.

Su padre le miró interrogante, sin entender muy bien a que se refería. No se movió al ver a su hijo girarse, pero sí lo miró sorprendido cuando vió su ancha sonrisa dibujada en su diminuto rostro. Ese rostro moreno como el de su madre, al igual que su sonrisa. Esa sonrisa tan preciosa que lo enamoró la primera vez que la vió y que querrá siempre, al igual que al fruto de su amor.

           - La nieve es mágica. - susurró Mario, lo suficientemente alto para que su padre lo oyera.

Y no pudo evitar sonreir mientras derramaba lagrimas ántes  de ir corriendo hacia él para abrazarlo. Por que la había visto. A Rosalinda. Detrás de Mario, sonriente y feliz. Y no iba a permitir que nada borrara la sonrisa ni de ella, ni de su hijo.

          - Si cariño - dijo Fernando, entre lagrimas, abrazando más a tu hijo - La nieve es mágica.



<3



miércoles, 21 de enero de 2015

N&L - Cap.2 b)

Que pacha, mis nubecitas esponjosas?

¡Viciosas! Se que quereis más de la historia de Night y Lire asique os voy a dar el gusto, pero no os acostumbreis, ¿eh?. Tenía pensado subir un poco de un corto que se me ocurrió ayer, sin embargo, al ver tanta espectación por nuestro "heroe de ojos azules" tuve un debate conmigo misma.

"Sheila... Dales lo que quieren. Por una vez que tienes material para satisfacer a tus suscriptores"
- Pero es que tengo un planning y si no lo sigo, se volverá el blog muy monotono...
"Veenga, si tu tambien estás deseando que lean más y leer sus reacciones."
- Eso es verdad.... Vale, solo por esta vez... ¡Pero por lo menos hasta el lunes que viene nada de Night!

Y así es como me decidí por subir un trozo más de la historia jejeje. Lo subo un poco tarde porque no he tenido tiempo hasta ahora pero ya que tengo fieles seguidores (os adoro >3<) pues os doy un pequeño algodón de azucar, un diminuto dulce para mis adorables nubecitas.

Sin más dilación....
Espero que lo disfruteis.
Saludossss

P.D: Cuando aparezcan todos los personajes secundarios (Faltan 5 más) haré una entrada sobre descripciones de ellos.

****************************************************************************



¿Profesor? Debía ser una broma… No, alguien que tenía el mismo nombre, nada más. Tampoco me dio mucho tiempo para pensar. Me giré rápidamente y quedé paralizada ante la persona que se hallaba a varios metros lejos de mí.
           
-         Hola de nuevo Sofía – dijo el profesor, recogiendo una pelota del suelo, sonriendo.

No pude apartar la mirada del chico que decía Sofía que era un profesor, pero que era idéntico al hombre que me salvó, incluido su nombre. No me lo podía creer. El pelo, aunque esta vez parecía estar bien peinado, tenia un color negro claro, como con reflejos grises, un tanto humedo, suponía que del sudor por haber echo deporte con otras clases, si es verdad que era el profesor de gimnasia. La camiseta negra de manga corta que llevaba se pegaba a su cuerpo, sudoroso y los pantalones de sport azul oscuro combinaban con el color celeste de sus ojos.

Cuando le miré a la cara me dí cuenta de que me estaba mirando a los ojos, serio. En apenas en un pestañeo me miró de arriba abajo, como si me estuviera examinando y no pude evitar tragar saliva del nerviosismo que me creaba la situación, provocando en él una pequeña sonrisa.

-         Hola. ¿De que clase eres? Si no te toca Educación Física no puedes estar en el gimnasio.
-         Eh… - parpadeé varias veces intentando asimilar la situación antes de contestar – Estoy en 1º de Bachillerato A y ahora mismo me toca con el profesor Andrés.
-         Oh, de acuerdo – dijo apenas en un susurro mientras abría la puerta del cuarto de materiales – Entonces nos veremos en la pista en unos minutos. Tu y tus compañeros no tardéis en cambiaros de ropa.

Dicho eso, se metió dentro de la habitación, perdiendo por fin el contacto y llevándose consigo la tensión del ambiente. Me apoyé en la pared y fui cayendo al suelo del pasillo, intentando notar el frió de las baldosas en mis piernas para poder enfriar mi cuerpo y mi mente. Noté la mano de Sofia en mi hombro y la miré. Estaba esbozando una sonrisa lujuriosa, consiguiendo que mi cara hiciera una mueca confusa, pero me tendió la mano para ayudar a levantarme y se dispuso a acompañarme al vestuario.

-         Pues… A mi no me importaría que me rescatara ¿sabes?
-         Ya claro – dije mientras me cambiaba de pantalones – No creo que nadie quiera que la secuestren y la aten a una silla dejando marcas dolorosas.
-         Bueno, si lo miras de ese modo… - llevó los ojos al cielo para acabar mirándome - ¿Cómo lo llevas? ¿Aun te duele?
-         Un poco – rocé algunas marcas con el dedo – pero parece que ya se están hiendo.
-         Mejor. Yo me tengo que ir a clase ya. Nos vemos a la salida.
-         Vale. Hasta luego.

Me dio un beso en la mejilla como forma de despedida, costumbres. Ya cambiada me acerqué al grupo de chicas que aun seguían en el vestuario intentando no recordar los malos momentos que pasé. Ya cuando Begoña y Dana estuvieron listas, salimos hacia las pistas donde los chicos estaban ya jugando con un balón de futbol.

            - Tía – dijo Begoña, cogiéndome de una de las mangas de la sudadera - ¿Has visto al nuevo de prácticas?
            - ¿De prácticas? –  susurró - ah claro, ahora tiene sentido. No entendía que con 25 años estuviera dando clases.
            - ¿Qué has dicho?
            - ¿Qué?
            - ¡¿Has dicho que tiene 25 años?! – gritó Dana corriendo hacia el grupo de chicas.

Un corto pero subido grito salio de todas las chicas que estaban reunidas con el dato que sin querer se me había escapado de la boca. Suspiré.
            
            - ¿Por qué tuve que vaguear tanto el curso anterior?¿Por qué?
            - Eso mismo me pregunto yo. -susurró una voz a su espalda.


Di un pequeño salto en el sitio. Su voz retumbo en mi mente, consiguiendo que un escalofrío recorriera mi cuerpo y se me pusiera la carne de gallina. Sonó en mi oído como un leve viento que te acaricia el cuello. Como auto-reflejo me giré y sin poder evitarlo, sonreí como si fuera un poco bastante tonta. Pestañeé varias veces cuando vi que volvía a evaluarme de arriba abajo con la mirada. Mofé e hice un gesto de desaprobación que provocó una leve risa por su parte.

            - Que yo sepa, los profesores no deberían mirar de esa manera a sus alumnas. Pueden acusarle de acoso, Profesor Night.
            - Técnicamente no soy “profesor”, estoy de prácticas. - dijo mirándome a los ojos mientras botó una pelota de futbol - Además, solo estaba comprobando que mi alumna se encontrara perfectamente bien.


Cuando acabo la frase, no se le ocurrio una mejor idea que revolverme el pelo antes de ir hacia el grupo de chicos de mi clase. Un gesto demasiado cariñoso para un profesor, ¿no? “Pero no tanto para un heroe” Callate, conciencia.
           
            - Me exaspera - suspiré, arreglandome el pelo.

Intentando disimular el pequeño espectáculo de antes me giré para buscar a mis compañeras, sin embargo ellas ya habían observado la escena y me miraban con un cúmulo de distintas emociones: Sorpresa, emoción y ¿envidia? ¿En serio? . No me dio mucho tiempo para reprochar ya que Bego y Dana, mis fieles compañeras, vinieron corriendo hacia mí, sonrientes. Mala espina. Andrea y las demás, chicas que viven en su mundo de “yupi”, como dice mi madre, se alejaron de nosotras con aire desafiante. Lo que me faltaba, pero no pude reprimir una diminuta sonrisa.

            - ¡Tía! ¿Desde cuándo? ¿Eso? ¿Por qué? - preguntó Begoña.
            - ¿De qué lo conoces, viciosilla? - Dana me miraba con cierta ¿lujúria?
            - Cuénta, cuenta.
            - Vale, vale, pero porfavor sueltame del brazo - supliqué a Dana. Ya alejadas un poco de mí, respiré hondo y expliqué, mirando intermitentemente a cada una - Sinceramente, ese gesto no se porqué lo hizo pero supongo que es porque… ¡Es amigo de mi hermana!Si, por eso, supongo, que quiso saludarme. Nada más, lo juro. 

Las aparte por lo que a mi parecer fue un pequeño empujón, pero sus caras no demostraban eso. Se frotaron los hombros con gestos doloridos y con mirada culpable me miraron.
           
            - Tranquila Lire, no pretendíamos hacerte sentir incómoda.
            - ¿Qué? No lo habéis echo… ¿Qué os ocurre?
            - Que nos has dado fuerte… - dijo Begoña, empujándome con una sonrisa - ¡Abusona! Me voy a chivar al profesor.
            - No por favor, lo siento, de verdad.
            - Venga chicas, va a comenzar la clase. - gritó Night, rodeado de los chicos -  Hacer el favor de venir aquí.

Los chicos hablaban con él y parecía que ya lo habían aceptado, un amigo más. Sin embargo, las chicas corrieron hacia él de una manera… como diría yo… distinta, vamos a decir distinta. Si. No me tomé mucha molestia en esforzarme por no llegar la última. Realmente aun me dolía un poco el pecho, aunque los brazos, al jugar al volleyball y mantenerlos en forma, ya estaban prácticamente curados.

Cuando finalmente estábamos todos alrededor suyo, dejó dos pelotas de futbol que llevaba en las manos en el suelo y empezó a anotar varias cosas en unas hojas. Levantó la vista del papel para echar una rápida a todos antes de presentarse ante todos.

            - Muy buenas chicos y chicas. Mi nombre es Night y soy el chico suplente de Andrés, ya que se ha dado de baja durante una temporada. Estoy de practicas, por favor no seais muy duros conmigo - sonrió.- Y bueno, si no os importa, voy a pasar lista y me informáis un poco de vuestros deportes favoritos o si realizáis algo, ¿de acuerdo?
            - ¡Si! - contestaron todos, excepto yo. No es que no quisiera contestarle, es que sencillamente, no me salió la voz.
            - Ok - dijo mirando la lista - A ver, Fernando Camisón.
            - Yo - levantó un chaval la mano - Pues me gusta el…

Así, uno a uno fue presentándose y diciendo sus hobbies con respecto a los deportes o cuales practicaban. Yo estaba la última de la lista asíque, no me di cuenta de cuando me tocó hasta que levanté la mirada y él y los demás me estaban mirando. Hice una rápida pasada a todas las miradas y con una sonrisa tonta contesté a su pregunta.
 


 

<3 Corto pero intenso <3

lunes, 19 de enero de 2015

N&L - Cap.2 "Un profesor muy peculiar"

Hellouu, mis pequeñas nubecitas:

¿Qué tal todo? Espero que hayas tenido un fin de semana estupendo (incluidos los estudiantes) y relajante (exceptuando a los estudiantes). Yo por mi parte un poco de todo y precisamente por eso estoy ahora un tanto atacada. Que le vamos a hacer si soy una vaga sin remedio. En fin.

Había pensado en subir SDLD, es más, si mi memoria no me falla, había prometido subir esa historia, pero como bien sabeis, hay examenes y que haceres de la casa, que a una servidora no le han dejado tiempo suficiente para poneros un buen cacho de esa historia, por lo tanto, me niego a poner unos 6 parrafos y 5 conversaciones.

Por ello (menos mal que tuve mi epoca de libertad), os voy a poner el segundo capitulo de N&L. Y como no, ya os dije que Lire es adolescente, eso inlcuye ir al instituto. Sip, no va a dejar su vida normal por un simple secuestro (soy cruel, lo se). Asique nada, os dejo con el principio de lo que van a ser muchos problemas para nuestra protagonista.

Espero que lo disfruteis.
Saludos.

P.D.  Andaaa, pasate por el blog de mi Madrina :3 Es adorable, lo juro.

**************************************************



Mi imaginación me dio una mala pasada esa noche. No, no soñé con los cadáveres degollados y descuartizados, ni con las paredes llenas de sangre, ni en la habitación oscura en la que estaba atada fuertemente a una silla mugrienta con cuerdas asfixiándome. No. Soy una puñetera adolescente que sueña con un chico moreno de ojos azules, encantador y que hace de mayordomo sexual.

Pero bueno... Después de mi lapsus hormonal, me levanté dispuesta a ir al instituto. No podía permitir bajar mi media de notas altas. Había repetido un curso porque había estado enferma y no iba a permitir que este curso mi nota media bajara. No pensaba faltar a ninguna clase y no poder alcanzar la nota necesaria para la carrera que quiero solo porque me secuestraran y un tío que era la reencarnación de Dioniso (dios griego) me salvara. Sin embargo, mi madre no opinaba lo mismo que yo, aunque mi insistencia pareció medio convencerla.

Tenía mi móvil infestado de llamadas de mis mejores amigas: Naomi y Sofía. Son mis amigas de la infancia, lo sabemos todo una sobre la otra, no tenemos secretos entre nosotras. Seguramente mi madre les llamó por lo del secuestro, así que tengo que contarles lo ocurrido nada más llegue al instituto, ya que anoche me quedé frita en la cama. Al final, mi madre me tuvo que llevar en coche ya que tenía miedo a que me volvieran a secuestrar.

Antes de salir de casa, me observé las marcas. Tenía claramente marcas en las muñecas, en el estomago y en la parte baja de las piernas, así que me puse una camiseta ancha y unos pantalones anchos de gimnasia, aprovechando el horario que tenía ese día, para que no me apretaran las ropas. El dolor era soportable, pero me costaba caminar. Aun así, podía decir que me había caído por las escaleras y la gente se lo creería con lo patosa que soy.

Según mi horario, me tocaba la asignatura de valenciano, así que me fui directa hacia el segundo piso, que es donde se encontraban dichas aulas. Mis compañeros de clase notaron mi estado de ausencia y aunque les comenté que la causa era que había dormido poco y estaba soñolienta, Begoña, mi compañera de asiento me cogió de la mano y me dirigió al baño.

- Sinceramente ¿Que te pasa? – dijo cerrando la puerta, mientras me soltaba.
- Au... –dije, frotándome la muñeca al contacto con la mano de Begoña – Me duele, ten cuidado...
- ¿Qué te ha pasado? – preguntó, levantando una ceja en señal de curiosidad.
- Pues que esta mañana estaba muy dormida – disimuladamente, me rasqué la cabeza, intentando parecer extrañada – y me caí por las escaleras.
- En serio, Lire – bufó – Eres demasiado torpe...
           - Tranquila – saqué mi lengua – Estoy bien, en serio.
- Vale – suspiró Begoña – Si necesitas algo, sabes que me lo puedes contar.
- Si – dije, antes de que alguien me tapara los ojos - ¿Eh? ¿Quien eres?
- Bueno, yo me voy – rió Begoña – No llegues muy tarde a clase.
- ¿Quien soy? – dijo una voz juguetona y alegre detrás de mí. Inconfundible.
            - Naomi.
- ¿Porque eres tan petarda? – preguntó irónicamente, colocándose delante mía con los brazos en jarras y reprimiendo una sonrisa.
- ¿Porque eres tan obvia? – contesté, pegándole un golpecillo en el brazo a modo de saludo.- Buenos días.
- Buuueeeenoooss díiiiiiaasss, Liireee – dijo saltando encima mío.      
- ¡Ahhh! – grité, retorciéndome entre sus brazos – Para, para por favor.
- ¡Oh! – se apartó rápidamente y me miró arrepentida – Lo siento, lo siento, lo siento.... Bueno – dijo poniéndose de nuevo con los brazos en jarras – A mi me vas a decir la verdad ¿o también me vas a contar la mentira de las escaleras?

Su leve sonrisa me hizo pensar en si era el momento indicado o no para contarle lo que pasó realmente.
           
-¿Estás segura? No se si me creerás.
- Prueba a ver – dijo Naomi cruzándose de brazos, mientras se apoyaba en el lavabo.

Empecé a contarle todo lo que sucedió el día anterior: la intuición de que me seguían, cuando me metieron en el coche, la oscuridad, los ruidos, los cadáveres y el chico. Conforme le iba desarrollando el hilo de los hechos, su cara iba cambiando de mal en peor, consiguiendo que cada vez hablara más bajo, hasta acabar de contar toda mi historia.
           
            -Luego, me llevó  a mi casa y me dijo su nombre...
 - Joder….Lo siento... ¿Como se llama? – preguntó Naomi, cogiéndome por los brazos,  curiosa.
            - Au... Night – dije, apartándome dolorida.

Nao se quedó pensativa ante el nombre del misterioso héroe. Alejándose un poco de mí, frunció el ceño y comenzó a dar vueltas en el pequeño baño, dejándome literalmente con la boca abierta ante su reacción.
           
- Ese nombre me suena... – susurró Nao, rascándose la barbilla – Pero no se de que...
           - ¿Será porque significa “noche” en inglés?
- No sé – contestó mirándome, un tanto desanimada – Será eso.
- Vamos, que ya ha sonado la campana – dije, abriendo la puerta – Volvamos a clase.
- Vale – sonrió mientras salía del baño y caminaba de espaldas por el pasillo – En el patio hablamos tranquilamente, ¿De acuerdo? Y sonríe, Lire.


Me dirigí de nuevo hacia mi clase, intentando no pensar en lo largo que se me haría el día hasta poder deshacerme de todo lo ocurrido ayer, ya que aun tenía que ir a dar testimonio a la comisaría. Sin embargo, las tres primeras horas pasaron volando, por así decirlo. En la clase de lengua valenciana estudiamos la historia de Valencia en la época del Renacimiento. Después en tecnología estuvimos trabajando con nuestros proyectos en el taller y en inglés nos dieron la nota global. Un maldito 6 en la evaluación. Cada vez voy a peor, pero solamente tendré que estudiar un poco más si quiero una buena media.

Cuando sonó el timbre, fui directamente a donde estaban todos mis amigos en el patio y cogí a Nao y Sofí por banda, llevándomelas a un rincón donde siempre nos contamos las cosas. Entre Nao y yo le contamos lo ocurrido, terminando cada una la frase de la otra y con gestos. Sofía expresaba todo tipo de emociones mediante su rostro.

-         Que hijos de puta… - dijo Sofía, llevándose la mano a la boca.
-         Yo es que… Porque están muertos que si no les metía un bate por el culo.
-         Si Naomi… Un bate… Claro. – dije, mirando a mi amiga con incredulidad.
-         Pero, ¿te encuentras bien? ¿No te hicieron nada?
-         Estoy bien tranquila. No llegaron a tocarme gracias a ese chico.
-         Night…- susurró Sofía, pensativa – Te juro que ese nombre me suena de haberlo oído en alguna parte.
-         ¿A que sí? A mi me parece que lo escuché decir a alguien hace poco.
-         Chicas – llamé para captar su atención – Os sonará porque Night es noche en inglés… No tiene otra lógica.

Sofía y Naomi se miraron aun sin estar del todo convencidas de mi respuesta, pero decidieron no darle muchas vueltas, ya que contestaron con una aprobación un tanto pobre, mientras se encogían de hombros. Suspiré.

-         Me hubiera gustado saber más de él. – sonreí recordando su “despedida”- 25 años, ¿eh? No está nada mal.
-         Huuuuyyy – dijo Sofía, mirándome con lujuria. – Ya vas cumplir la mayoría de edad. Que pena no haberlo conocido en otra situación ¿no?
-         ¿Eh eh?

Naomi comenzó a darme unos codazos un tanto suaves que apenas eran perceptibles, pero se que quería provocarme y no pude evitar empujarla hacia Sofía. Comencé a reír ante las caras de mis amigas, tan desconcentradas. Tenían razón. Aun seguía pensando que era extraño que un desconocido me salvara.

“- ¿Por qué lo hiciste?
- No sé – contestó con una media sonrisa dibujada en su rostro. – Puede que estuviera aburrido y al ver el peligro que pasaste, mi cuerpo me pidió un chute de adrenalina”


-         No le des muchas vueltas – dijo Sofía, frotándome la espalda despacio – Lo pasado, pasado está. Por lo menos no tuviste ningún rasguño, eso es lo importante.
-         Em… - levanté las mangas y un poco los pantalones, enseñándole las marcas – si tu a esto le dices ningún rasguño…
-         Dios…
-         Bueno… Podría haber sido peor, y lo sabes.

Ciertamente. Pero creo que con esto y todo lo ocurrido tuve suficiente. Sonó el timbre. Sonreí, admitiendo que podría a ver sido violada o a ver muerto o a saber que cosas me hubiera echo esos asquerosos. Vi como las chicas empezaron a hacer muecas, intentando animarme y lo consiguieron.
-         ¡Anímate! – dijo Naomi, rodeándome el cuello - ¿Qué te toca ahora?
-         A este paso, ir al médico – quejé, apartándola un poco – Me estás matando.
-         Lo siento. Te tengo demasiado cariño, ya lo sabes.
-         No… Si ya. – suspiré al recordar que clase tenía – Química.
-         Perfecto. Yo también me dirijo al segundo piso – miró a Sofía.
-         Educación Física. Nos vemos luego, chicas – dijo Sofía, metiéndose en el pabellón.

Nos despedimos de Sofía y nos dirigimos a nuestras respectivas clases. Sin embargo, cuando pasamos por la cafetería mientras charlábamos, noté como si alguien me estuviera observando, un pequeño escalofrío en la nuca. No pude evitar girarme bruscamente, pero no vi nada “sospechoso”. Era una sensación parecida a la del día del secuestro. Sabía que mi intuición no me fallaba, aunque no encontrara a nadie mirándome. De todas formas, tenía que ir a clase si no quería llegar tarde y Naomi me llamó la atención, asíque pasé de largo y no le dí importancia.

Ya terminada la clase de Química, con sus innumerables formulaciones y propiedades, recogí todos los apuntes y me dirigí hacia la siguiente clase a ver si pillaba a Sofía en el baño, ya que me tocaba Educación Física. Aun estaban recogiendo el material de la anterior clase, cuando entré en el baño repleto de chicas cambiándose y pude coger un baño libre, sin encontrar a Sofía por el camino. Sin embargo, en cuanto comencé a quitarme el pantalón, oí la voz de mi amiga llamando a gritos mi nombre. Me asusté cuando abrió mi puerta.

-         ¡Ah! Deja que me termine de mear, chica– supliqué sonriente al ver lo acalorada que estaba.
-         Li-Lire… - susurró mientras intentaba coger aire – Yo… Ya-ya… ah… ah…

Acabé de vestirme cuando Sofía por fin cogió saliva y se dispuso a hablarme con un poco más de coherencia. Me arrastró hasta el pasillo, intentando según ella, "apartar los oidos chismosos".

-         ¿Te acuerdas que te dije que había oído el nombre de Night?
-         Oh – suspiré, derrotada – Claro, ¿Qué ocurre ahora?
-         No era por lo que tú decías, sino porque hay alguien en este instituto con ese mismo nombre…
-         Ah – dije tranquila para sorprenderme súbitamente, agarrándola por los hombros - ¿¡Qué!?¿¡Quién!?¿¡Donde está!?
-         Ju-justo detrás de ti – dijo Sofía mirando detrás de mí. Sonrió – Hola Profesor Night

¿Profesor? Debía ser una broma… No, alguien que tenía el mismo nombre, nada más. Tampoco me dio mucho tiempo para pensar. Me giré rápidamente y quedé paralizada ante la persona que se hallaba a varios metros lejos de mí.



<3 Jajá, que japuta soy <3

viernes, 16 de enero de 2015

Cuéntame tu historia VI

Helouu nubecitas esponjosas:

¿Todo bien? Espero que hayais tenido una buena semana, incluidos los examenes que estamos teniendo algunos. Yo oficialmente empiezo el lunes que viene, pero uno que otro a caido ya entre mis manos y ya veremos en unas semanas los resultados.

En fín. Ayer estube charlando con mi madrina sobre SDLD, ya que estaba escribiendo para poder subir hoy un poco de ella, sin embargo me puse a leer todo lo que tenía escrito (la tengo entera) y empecé a odiar a un personaje, porque lo hice muy...ejem.. cabr*n. El caso: Gema me dijo que ella estaba preparando su Cuéntame tu historia y me dí cuenta de que yo iba al mismo ritmo y que debía escribir si no quería salirme de lo estipulado.

Por ello, os traigo esta VI historia de la Iniciativa y seguiré escribiendo SDLD a ver si para este domingo o lunes podeis seguir leyendo las aventuras de Olivia y sus amigos.
Espero que lo disfruteis y que paseis buen fin de semana.
Saludos


P.D: Night y Lire estan recuperando fuerzas del primer capitulo. Asique no os prometo que la semana que viene tengais algo de ellos.

Oixeaus tristes (Pajaros tristes) - Ravel
Raschmaninoff - Polichinelle op.3 nº4
Capricho español - Granados

Que no se note que toco el piano y me gusta la música que hay para este instrumento jijiji

**********************************************************************

¿Qué es la música? La música, según un diccionario cualquiera es el arte de cobinar los sonidos en una secuencia temporal atendiendo a las leyes de la armonía, la melodía y el ritmo, o de producirlos con instrumentos musicales; También se define como un conjunto de sonidos sucesivos combinados según este arte, que por lo general producen un efecto estético o expresivo y resultan agradables al oído.

Pero, ¿cuánto de esto es cierto? Si, es cierto que son unos sonidos combinados unos con otros, pero no siempre siguen unas leyes. No siempre resultan agradables al oido, precisamente porque no todos somos iguales. Me explico.

La música es movimiento, es el tiempo, es la prueba real y verdadera de que cada cosa en el mundo, ya sea un ser inerte, un ser vivo e incluso un ser humano, es distinto. Cada cosa es única en sí misma y de lo que tiene al rededor, al igual que una nota será única y especial para quien la escuche. Puede que haya una norma que estipula que la nota Do tiene que sonar de una manera, pero puede ocurrir también que alguien, alguna persona en el mundo, al escuchar esa nota, saboree el sabor de las fresas en su boca, recuerde un suceso del pasado o incluso que retumbe en su mente como el silencio, el latir del corazón de tu madre antes de salir al mundo exterior.

La música es algo maravilloso, es un ser que nos afecta, a los seres humanos, más de lo que nosostros nos creemos. El simple echo de respirar ya es música, sobretodo para una madre cuando su bebe está dormido, cuando un ser querido está postrado en la cama del hospital, sobreviviendo a una enfermedad. Es el sollozo que hacemos cuando algo triste nos pasa o a alguien cercano le ha ocurrido algo malo. Es el subidon que nos alza a animarnos todavía más de lo que estamos, nos alegra tanto en momentos buenos como en los peores.

La música nos invade por completo, nos recuerda que no debemos rendirnos ante la adversidad; nos dice cuando debemos ser fuertes y luchar; nos transmite nuestro afán por batallar ante aquellos que nos quitan la libertad; nos acompaña a cualquier lugar del mundo en cualquier situación y nos inunda del sentimiento del autor que la a escrito.

Y por eso, yo, Sheila, al ser un músico, trato de transmitir lo que en su día un compositor sintió al escribir estas notas que están en el papel que hay delante de mí o como llamamos en nuestro mundillo, partitura. Y también lo que me hace sentir a mi cuando la toco y cuando la escucho. Solo os diré una cosa, mis dulces espectadores, que ya sea una obra que denote tristeza o alegría, el cosquilleo que sentí la primera vez que mis dedos tocaron una nota y se produjo un sonido, es el mismo que siento ahora, después de 15 años. Y os aseguro, que es como si fuera magía.

La música es vida. Y yo estoy encantada de dar vida con mis propias manos.


<3<3<3

miércoles, 14 de enero de 2015

Night & Light - Cap.1

Good morning/afternoon/night, my little clouds:

Sip. Estoy estudiando ingles ya que tengo examen en menos de una semana. Pero bueno, es el pan de cada día del estudiante *pose dramática*. Ejem...

Como bien dice en el título de la entrada de hoy, voy a continuar con nuestra queridíiisima Lire y el misterioso salvador jajajaa. Recibí muchas críticas buenas y me pedíais que subiera la continuación. Da la casualidad de que tengo escrito todo el Capítulo 1 y parte del Capítulo 2, asique voy a ser benevola y os voy a colocar hasta el final del Cap.1.

Y no os puedo contar mucho más. Estoy en época de examenes, ya lo sabeis y supongo que vosotros teneis mil y una cosas que hacer, asique supuse que os gustaría perderos en un mundo fantástico durante un par de minutos. Sin más dilación....*sonido de tambores*

Espero que lo disfruteis.
Saludos

P.D. Espero que parezca lo más normal posible (la historia), pero como siempre estoy en las nubes, a veces parecen situaciones inverosímiles.

*************************************************************



Me quedé embobada observándole, pero mi cabeza volvió a la tierra enseguida cuando noté que enarcaba una ceja y su mirada denotaba curiosidad.

- No es por nada, pero... – dudó un momento, dejando entrever un tic nervioso en su mentón - ¿Me podrías decir algo?

Estaba preparada para darle las gracias cuando, de repente, empecé a tener arcadas. Exactamente, no sabia por cual de todas las cosas asquerosas había provocado que vomitara, pero el momento repugnante del día no había acabado. Rápidamente, me volvió a coger y me llevo a uno de los setos de la fachada. Me recogió el pelo con delicadeza en un movimiento rápido y me frotó la espalda con más suavidad todavía.

Creo que eché el desayuno, el almuerzo y porque aun no había comido que si no, también hubiera salido de mi cuerpo. Sentí el ácido en carne viva en mi faringe cuando ya habían terminado las nauseas. Aún con la cabeza agachada, vi un pañuelo de color azul oscuro tendido delante de mí. Cuando moví mi rostro hacia el suyo observé que me miraba con ojos apacibles y su sonrisa denotaba tranquilidad.

Cogí con cuidado pero rápida el pañuelo y me limpie la boca aun sin poder moverme apenas. Una de sus manos seguía agarrándome uno de mis brazos y realmente lo agradecí porque si no, me hubiera desplomado en el suelo. Busqué con la mano libre en los bolsillos de mi pantalón algo que llevarme a la boca para quitarme el malestar y con suerte, el fuerte dolor de cabeza. Encontré el mejor caramelo, uno de miel y limón, que nunca falta en mi arsenal de dulces.

- Bueno – escuché a mi espalda – parece que ya lo has echado todo – dijo entre risas mal disimuladas - ¿te encuentras mejor?

Asentí con una leve sonrisa. Me dolía la garganta de tanto vomitar y aun tenía el miedo en mi cuerpo. No sabía si fiarme de un desconocido que acababa de rescatarme de un grupo de matones. Al menos, a primera vista parecía buena persona, aunque había algo en él que daba la sensación de que era mejor mantener las distancias.

Se frotó la nuca en forma de tic nervioso y miró hacia otro lado

-¿Eres muda? ¿No sabes hablar?

Miré hacia el suelo sin saber que decir. ¡También había vomitado las palabras! Estaba cansada, avergonzada y asustada a la vez. No sabía que decir en esa situación. En medio de mi cacao mental oí un suspiro cansado y dirigí mi mirada sorprendida hacia el moreno. Se rascaba la cabeza con impaciencia.

- Entonces tenemos un problema, porque no se donde vives... – se dirigió hacia su auto, un mercedes SLK de color negro con las lunas tintadas. – Por ahora – dijo abriendo la puerta del acompañante mientras me observaba con una sonrisa amable – reposa un rato mientras pienso un poco.
-Vivo a tres calles más arriba – susurre con un tono apenas perceptible
- Oh – dijo sorprendido – Si que puedes hablar. Menos mal

Su tono de preocupación hizo que mi corazón diera un vuelco. Me acerqué al coche y me senté donde él me dijo. Seguía sin saber el nombre de mi rescatador y sin embargo me subí a su coche y le había soltado sin ningún miramiento mi dirección. Suponía que no me haría nada después de todo lo que había pasado y lo bien que me había tratado. Suponía...

- De acuerdo. – dijo cerrando la puerta y dirigiéndose hacía la puerta del conductor a una velocidad bastante rápida.
- ¿Qu-que vas a hacer? – pregunté nerviosa, intentando abrir la puerta.
-¿El que?- preguntó mirándome con cara confusa mientras se ponía el cinturón – Pues llevarte a casa, por supuesto – dijo encendiendo el motor – Tus padres estarán muy preocupados. Seguro que ya habrán pedido un rescate. Corre, ponte el cinturón – ordenó mirándome de reojo.
- Si... – susurré colocándome el cinturón, aun un tanto indecisa.

Siempre me han dicho que soy muy confiada, pero creo que esto se lleva la palma. De todas maneras, no debería de darle muchas vueltas porque dudo mucho de que un tío me rescate de unos secuestradores para volverme a secuestrar, y mucho menos después de toda la amabilidad que ha demostrado tratándome con cuidado. O puede que sea un psicópata... ¡Ay, madre!

Al segundo, mi cabeza empezó a hacerse millones de preguntas, al mismo tiempo que el desconocido guaperas realizaba una maniobra un tanto peculiar para salir de la zona horrible. ¿Quién era este hombre? ¿Cómo cojones me había encontrado? ¿Que rayos a pasado en la casa de los secuestradores? ¿Por qué me ha rescatado? ¿Tenía carnet de conducir?

Seguía dándole vueltas en mi cabeza a muchas más preguntas, mirando fijamente el salpicadero negro mate del coche cuando capté como el conductor barra desconocido me miró de reojo. Su media sonrisa le delató.

- Lo siento, no me he presentado – se disculpó, mirándome directamente – Mi nombre es Night. – declaró volviendo a dirigir la vista a la carretera. – Me acabo de mudar cerca de por aquí. Tuviste mucha suerte que pasara con el coche de mi tío por la calle donde te secuestraron y te viera.

Su respuesta me sorprendió, haciendo que mi cabeza dejara de hacerse tantas preguntas. Sin pensarlo, le miré con gesto de incredulidad.

- Entonces ¿Fuiste tú el que justamente pasaba? – Gracias a dios que mis plegarias fueron escuchadas.
- Si – sonrió, al mismo tiempo que dejó caer una leve risa - ¿Y tú?

Sin entender su pregunta, como auto reflejo, lo miré alzando una ceja, haciendo que este se riera. Su risa era melodiosa, como el dulce canto de una sirena, que me envolvía en una suave brisa hipnótica. Mirando por el retrovisor, Night contestó a mi pregunta no formulada.

            - Tu nombre.
            - Lire – contesté sin pensar.
-¿Lire? – preguntó con cierto desdén divertido mientas se ponía más recto en el asiento – Que nombre tan...
- Extraño... Lo se – dije, apoyando mi codo en la tapicería y mi cabeza en el cristal, notando como el frío calaba mi cabeza.
- No – reprochó, mirándome – Es realmente bonito. De verdad.

Extrañada por su respuesta, le miré indecisa, aun apoyada en el cristal. Al parecer, se dio cuenta de que no me fiaba porque vi como me miraba de reojo varias veces. De nuevo, vi el tic nervioso que hacía su mentón. Seguramente estaría pensando, porque yo estaba haciendo lo mismo para intentar romper ese silencio tan incomodo.

- No me crees. – Suspiró - ¿Por qué debería mentirte? Creo que acabo de demostrarte que puedes confiar en mí.
- Supongo que sí – Si, matando a unos tipejos de mala muerte. Eso no es que digamos “de fiar”, pero - ¿Por qué lo hiciste?

Meditó un momento y eso me hizo dudar. Un chico normal no haría semejante masacre por alguien que no conoce ¿no? A lo mejor soy yo la cruel. Seguí mirándolo mientras en mi cabeza volvían a formularse muchas preguntas.

- No sé – contestó con una media sonrisa dibujada en su rostro. – Puede que estuviera aburrido y al ver el peligro que pasaste, mi cuerpo me pidió un chute de adrenalina.

Mi cara era un poema. ¡Ese tío estaba como una cabra! A nadie se le ocurre pensar que destrozar a una decena de hombres sea divertido. Si quieres que te suba la adrenalina te tiras por un puente... ¡Este tío es un psicópata! Es más... ¡Yo era la idiota! Me había subido al coche de un psicópata.

De repente, su risa volvió a inundar el aire del Mercedes, consiguiendo que mi mente se pusiera en blanco y mis músculos se relajaran.

- Mujer, ¿cómo quieres que me quede con los brazos cruzados, mientras veo como se realiza un secuestro delante de mis narices? Creo que es de sentido común...
            - Oh... Claro...- Idiota, pensé para mis adentros.
- Perdona, creo que mi respuesta te dio una impresión mala de mí – habló con voz calmada – No era mi intención, después de lo que has pasado.
- Tranquilo – sonreí.

Dicha la última palabra, Night realizaba un giro suave con el volante, entrando ya en mi calle. Había un coche de policía aparcado en la acera de enfrente y los coches de mis padres estaban dentro de mi casa. Suspiré preparándome para el interrogatorio y volver a revivir las imágenes que intentaba olvidar.


- Ya hemos llegado – dijo Night, poniendo punto muerto y apartándome de mis dolorosas imágenes. – Ha sido un placer conocerte, Lire.
- Gracias – sonreí mirándole – Hubiera sido mejor en otras circunstancias. – Salí del coche y cerrando la puerta, me incliné hacia la ventanilla – Te debo la vida, Night.
- Lo tendré en cuenta – dijo con media sonrisa.
- Por cierto... No querrás que hable de ti, ¿verdad?
- Pues... no – dijo pensativo, mientras cerraba los ojos lentamente – Ya sé – abrió los ojos y me miró con esa mirada azul que cautivaba. – No vistes nada. Solo un hombre con un cuchillo ensangrentado que te salvó y volviste a casa sola. Nada más.

No se yo si “un hombre con un cuchillo ensangrentado” será creíble, pero no tenía otra alternativa.

- De acuerdo – suspiré – Aun no me creo que haya pasado todo esto.
- Por lo menos... sigues viva, ¿no? – dijo poniendo primera – Adiós.
- Adiós – saludé mientras abría la puerta de mi casa.

Me seguía preguntando de donde había salido este chico de a saber que edad cuando ya dentro del jardín, escuché que alguien gritaba mi nombre desde fuera de la verja. Miré y era Night asomándose por la ventanilla.

            - ¿Si? – pregunté extrañada.
- Tengo 25 años y no, no soy de aquí. Vengo del extranjero.

Y dicho eso, pisó el acelerador y se alejó de mi calle a toda velocidad. Me quedé pasmada un momento. ¡Me había leído el pensamiento! Eso o soy un puto libro abierto en el que puedes leer lo que mi mente está haciendo. De todas maneras, no me sentía a gusto ahí fuera, así que buscando entre el manojo de llaves la que abría la enorme puerta de madera que daba a la entrada de la casa, caminé por el pequeño camino de piedras del jardín, alejándome por fin de la oscuridad de la calle.

Nada más entrar en casa, oí el grito de mi madre desde el salón y acto seguido la vi correr hacia mí por el pasillo, hasta rodearme con sus delgados brazos. Entre sollozos y cálidos besos, que solo mi madre sabe darlos, pude ver como dos policías desde la puerta del salón hablaban por una especie de walkytalkies.   

Intentando calmar a mi madre para que no me asfixiara con sus abrazos, noté como una figura me cogía por detrás y no pude reprimir un grito. Tratando de escapar de los fuertes brazos que me cogieron por la espalda, me di cuenta de que era mi padre cuando escuché sus leves susurros de alivio mientras temblaba con impotencia. Sin poderlo soportar me giré y mirándolo a los ojos, lo abracé. Y por fin me eché a llorar.

           
Las imágenes volvieron a mi mente. Mis piernas comenzaron a temblar, después todo mi cuerpo, el cual sostenía mi padre intentando que no me cayera. El miedo, la desesperación, la confusión. Todas las sensaciones volvieron a aparecer pero magnificadas. Pasó un buen rato hasta que pude separarme de mi padre, con los ojos rojos y la cara toda humedecida. Les indiqué a los policías donde se hallaban los cadáveres. Se mostraron compasivos y no hicieron ninguna pregunta, solo que descansara y que me pasara por la comisaría al día siguiente para concretar los sucesos.

Ya idos los guardias, nos fundimos mis padres y yo en un abrazo. Después, mi madre se dispuso a hacer la cena y mi padre se sentó conmigo, aun abrazados, a ver la tele. Cenamos mi comida preferida: Ternera en salsa de nata especial que hace mi madre con patatas fritas. Intentando saber que me había ocurrido, mama me hizo alguna que otra pregunta, aun si yo contestar. Sin embargo, para mi asombro, mi padre con una sonrisa paró la ronda de preguntas y me dijo que me fuera a descansar.

Y le hice caso. Dando dos besos a cada uno, me dirigí, subiendo las escaleras, hacia mi habitación. Tratando de no pensar mucho en la situación, me quité la parte de arriba de la ropa lentamente y la dejé bien colgada en el perchero. Me quedé unos segundos mirándome en el espejo. Todo mi costado, pecho y brazos estaba cubierto de rozaduras y moratones que habían creado las cuerdas.

Con cuidado, me tumbé bocabajo en la cama. No se cuanto tiempo estuve intentando mantener la mente en blanco, organizando todo lo que había pasado en mi cabeza. El sueño y el cansancio comenzaron a apoderarse de mí, cerrando lentamente los ojos, mientras mi cerebro seguía procesando toda esa información. No conseguía entender nada de lo que había ocurrido.

La última imagen que apareció en mi mente fue la de Night, el chico de ojos cautivadores que estaba segura de que escondía algún que otro secreto.



<3