viernes, 28 de noviembre de 2014

Susurro de los Dragones - Cap 2. Parte b)

Buenas tardes/noches/díiiias, nubecitas esponjosas:

Sin mucho movimiento en el blog y demasiado en mi vida cotidiana, por fin os subo un poco de SDLD, como os prometí haaace mucho. Tampoco es que vea mucho entusiasmo por ella y eso me deprime un poco. Le tengo mucho amor a esta historia y pensé que le pillariais cariño tambien. Pero bueno, todo no puede ser.

Asique no os voy a llenar la cabeza con mis preocupaciones y os dejo con la continuación del capitulo 2. No es la última parte. He decidido dividirlo en tres.

Espero vuestra sincera opinion y que la disfruteis.

P.D. Algunas frases son repetidas de otras historias. Soy muy de refranes y metaforas.
P.D2. Estoy haciendo una especie de mapa, para que no os lieis demasiado, intentando situarlo todo.

*********************************************************



Acostumbrada ya ante su misterioso amigo, suspiró un tanto inquieta. No estaba totalmente segura de si debía expresar sus sentimientos.
      
            - Bueno - sonrió, ladeando la cabeza - Espero ese día con impaciencia - rió suavemente, un tanto nerviosa, para finalizar mordiéndose el labio inferior.
            - Ay… ese gesto de boca siempre me ha gustado - dijo Javier, sacando una mano del bolsillo para acariciarle la cabeza. Olivia se sonrojó ante tal acto pero él no dejó de hablar. - Supongo que esa es una de las razones por las que Maiga te…- tragó saliva y tosió, intentando disimular. - Claro…
            - ¿Qué? -preguntó Olivia extrañada. Le agarró de la chaqueta, intentando llamar su atención.
            - Nada… - “Casi se me escapa los sentimientos de Maiga”.- La curiosidad mató al gato.
            - ¡Dímelo! - “Está actuando muy extraño.”
            - Déjalo, Olivia. Solo iba a decir una tontería. Ya estamos casi en la puerta…

Sin darle tiempo a terminar y gritando “¡Javier!”, Olivia se tiró sin pensarlo dos veces encima de su espalda, pillándolo un tanto desprevenido.

            - ¡Uaa! - gritó sin poder evitar una carcajada - ¡Quita de encima, mono!
            - ¡Que me lo digas!

Sin poder mantener el equilibrio, los dos cayeron al suelo. En una pelea, donde solo daban volteretas sobre si mismos, llegaron sin darse cuenta a la puerta de Nubia. Consiguiendo, sin apenas resistencia de Javier, ponerse encima, aun sujetándolo de la chaqueta, le volvió a insistir entre jadeos pero su amigo seguía negándolo.

            - Olivia, quita de encima - suspiró - No es nada, en serio.

Sintiéndose un poco estúpida y avergonzada a la vez, con todos sus cabellos revueltos, se apartó de él rápidamente y se sentó en el suelo.

            - ¡Ahh! - gritó - ¡Eres un estúpido!

Incorporándose, Javier miró a su amiga y las pintas que llevaba le producieron una repentina risa, junto con palabras sueltas que no tenían ningún sentido aparente excepto para el propio transmisor.

            - ¡Que jajajaja Cara! - logró decir mientras se secaba las lagrimas - ¡Que estilo más moderno llevas!

Toda roja, Olivia apartó la cara de la vista de su amigo, el cual disminuía la potencia de su risa pero sin dejar de hacerlo. Se había olvidado completamente donde estaba, por eso, cuando apareció una sombra en el portal, se sorprendió.

            - Ejem - dijo una voz femenina detrás de la puerta - ¿Se puede saber que estáis haciendo? ¿No estaréis peleando otra vez?

Javier se espolsó el pelo antes de contestar, pero Olivia se adelantó.

            - ¡Nubia! Todo es culpa de este.
            - Que va. Estamos haciendo un espectáculo gratuito en la calle.

Se oyó una pequeña risa por parte de Nubia antes de abrir la puerta con una gran sonrisa.

            - Hola Javier, Hola Olivia. ¿Necesitáis algo? - dijo Nubia, amablemente.
            - Hemos venido a visitarte, aunque la pequeñaja esta no sabe comportarse.
            - ¡Oye! - gritó Olivia, un tanto mosqueada - Solamente queríamos saber como estabas Nubia, ya que no avisas.

Ante el puchero de su amiga, Nubia cogió la mano de Olivia y la apretó como gesto cariñoso, consiguiendo que esta sonriera.

            - Lo siento, no quería preocuparte. - excusó - Pero pasar, no os quedéis en la calle.
            - Gracias.

Olivia miró a Javier, aun sonrojada por lo ocurrido, pero el volvía a tener ese rostro serio que lo caracterizaba. Su periodo de “Actitud de crio” había llegado a su fin. Suspiró mientras entraba por la puerta y la cerraba. “Por lo menos has conseguido que sonriera un poco solo para ti” pensó Olivia, satisfecha por su logro.

                                                                       ***

            - Venga Maiga, dime donde está tu amigo - dijo Caprice, acosando a un Maiga ya bastante enfadado.
            - ¡Que me dejes en paz, pesada! - “No se como Javier puede aguantarla, en serio”
            - ¡Aiii! - chilló estirándole de las mangas y soltándolas - Ya te lo sacaré - dijo guiñándole un ojo y desapareciendo.      
            - Uuu - susurró al mismo tiempo que un escalofrío recorrió su cuerpo.

Ya en el exterior del edificio escolar, Maiga continuó corriendo por el patio buscando a ciertas personas.

            -  ¡Hey! - se oyó debajo de un árbol, no muy lejos de donde estaba Maiga - ¡Maiga! ¡Estamos aquí!
            - ¿Eh? - dijo, mirando hacia donde estaban un grupo de tres chicas - Voy.
            - ¿Por qué has tardado tanto? - preguntó una de ellas
            - Uff, perdón - se disculpó - Moni, Nao, Sofi - saludó, intentando recobrar el aliento. - La pesada de Caprice, que no paraba en preguntar sobre el regalo de Olivia y que donde estaba Javier. - explicó mientras se sentaba.
            - ¡Dios! Mira que agobia esa muchacha - dijo Naomi - Cuando no está Javier, no deja en paz a los demás preguntando por él, que por cierto ¿Sabéis algo de Javi? 
            - A saber. Se habrá dormido, como siempre.
            - Creo que se habrá ido a ver a Nubia, que ya volvió a casa ¿no? - preguntó Mónica - Habrá que ir a verla.
            - Yo se que Olivia quería verla, pero suponía que vendría antes aquí - respondió Maiga, un tanto nervioso.
            - ¡Oh! Yo los he visto esta mañana - dijo Sofía, dando pequeños saltos - Cuando estaba saliendo de casa, vi a Javi y a Oli hiendo para su casa. Parecía que se divertían - sonrió inocente.

Ante el comentario de Sofía, Naomi y Mónica se miraron con expresión preocupada y acto seguido dirigieron su mirada hacia Maiga, el cual su rostro comenzaba a ponerse de un color rojizo. Ellas dos sabían los sentimientos de su amigo hacia Olivia, pero Sofía, inocente de ella, no tenía ni idea. Solo sabía que hacia tiempo que Olivia sentía cosquilleos en el estomago ante la presencia de Javier.

Sin entender el silencio que se había formado, Sofía miró a sus amigas, las cuales seguían mirando a Maiga. Ella le miró y lo vio todo rojo.

            - ¿Maiga? - se acercó Sofía, preocupada ante su expresión - ¿Te encuentras bien?
            - ¡Perfectamente! - gritó, levantándose rápidamente - Me voy a buscar a Olivia. Tengo…Tengo que darle su regalo - excusó sin mirarles a la cara.
            - Nao, déjame el móvil. Esto me da mala espina - dijo Mónica, suspirando.
            - ¿He dicho al malo?

Mónica y Naomi miraron a su amiga. “Pobre inocente” pensaron las dos.

                                                           *** 
Al otro lado de la ciudad se situaba el barranco, en el cual, estaba lleno de cuevas, algunas bastante profundas, otras no tanto. Pero en una de ellas, donde técnicamente no debería haber forma de vida una humana, el sonido de un teléfono retumbó. En ese instante, unos ojos ambarinos relucieron a pesar de la inmensa oscuridad que acechaba en las profundidades de la cueva.
            - ¿Diga? - pronunció ronco, con cierto tono de alerta.
            - ¿Coriu? - dijo una voz bella y aterciopelada por la otra línea.
            - Oh, eres tú - susurró más relajado - ¿Qué desea? ¿Necesita algo?
            - Si. Necesito que sigas a Maiga - se escuchó una leve risa - Creo que por fin le va a dar “eso”.
            - ¿Está segura? - preguntó Coriu, en un sinfín de emociones - Si actuamos antes de tiempo, no tendremos el ataque sorpresa.
            - Confía en mí - dijo con desdén - Su energía ya se está activando y si no le damos un pequeño empujón, podríamos no conseguirlo. Es el momento de mover ficha.
            - De acuerdo. - espetó. - Adiós
            - Espera - alzó la voz, produciendo un sonido estridente por el auricular.
            - ¿Qué? - inquirió Coriu, con tono impaciente.
- Que no se te escape de las manos. No quiero ningún daño ni hacia ella ni hacia Javier o Maiga, ¿entendido? - ordenó. Solo remover la duda y empezar a abrir una brecha en su confianza hacia ellos.
- Si, tranquila - rió - Un trabajo silencioso y sin brechas.
- Exacto.
- Ya que estamos, por favor, no vuelva a meterse en el bosque. Toda la energía que está canalizando está dejando el bosque más seco que un desierto.
- No me digas lo que tengo que hacer - susurró, de tal forma que Coriu notó un escalofrío en su espalda, detectando que había echo mal al decir tal comentario.
- Si, mi señora. Disculpe mi arrogancia.
- Adiós.
                                                           ***
La casa de Nubia siempre había sido un lugar apacible, lugareño, a pesar de que sus padres prácticamente no estaban en casa. Era una pareja de negocios, de trabajos con mucho tiempo ocupado y apenas tenían tiempo de cuidar de la casa. Sin embargo, siempre estaban ahí para comer y cenar con su hija, la cual le bastaba con eso.

Ya dentro de ella, Olivia y Javier se sentaron en el sofá de la habitación de su amiga, un tanto incómodos. Después de ellos, apareció Nubia por la puerta, un tanto cansada por subir las escaleras con las muletas, las cuales, en cuanto entró en el cuarto las tiró al suelo y después se tiró ella misma encima de un enorme sillón, al lado de sus amigos. Notando el nerviosismo de Olivia, Nubia sonrió, relajando la expresión de su amiga.
            - Muchas gracias por venir - dijo Nubia, inclinándose hacia delante - no me lo esperaba.
            - No es para tanto mujer… - susurró Olivia, sonrojándose - eres nuestra amiga.
            - La verdad- dijo Javier con indiferencia - Es que me ha costado convencer a tu amiga - colocó sus manos en los bolsillos del pantalón - Que no quería venir.
            - ¡¿Cómo?! - exasperó, apoyándose en sus rodillas - ¡Eso es mentira! - le dijo a Nubia, para después darle golpes en el brazo de Javier.
            - ¡Ah! ¡Pero estate quieta!  
Nubia observó la escena un tanto asombrada: Javier intentaba esquivar los numerosos golpes de Olivia, sin mucho éxito. La exasperación de ella y la indiferente burla de él, causó un efecto humorístico en la escena, provocando que nubia no pudiera evitar reír. Olivia y Javier pararon al oír la agradable risa de su amiga; se miraron y sonrieron.

            - “Hace muchísimo tiempo que no veía a Javi sonreír de esa manera”- pensó Olivia.
            - ¡Hey! Así me gusta, Nubia - dijo Javier, aun con la sonrisa en su rostro - ¡Sonríe!
            - Claro, al contrario que tú, que nunca lo haces - contestó entre risas.

En ese mismo instante, Javier tosió intentando disimular para volver a poner su cara seria que tenía de costumbre y le echó a Nubia una mirada que fulminaría a cualquiera
            - Oh, para que hablé
            - Vamos, Javi ¡Anímate! - sonrió Olivia, dándole una pequeña palmada en la espalda.
            - Bueno, hoy es un día especial - dijo él, guiñándole un ojo a Nubia.
Sin haberse dado cuenta de su gesto, Olivia se sonrojó ante el comentario de su amigo.

            - No lo dirás por mi, ¿no?
            - Pues… no - contestó, un tanto desconcertado.
Con la cara muy colorada por la vergüenza, Olivia se levantó, cogiendo una almohada y mirando antes a Nubia, susurrándole “Lo siento”, golpeó con ella a Javier. Casi ahogándolo con las millones de plumas que salían del viejo cojín, Olivia seguía golpeándolo hasta que él la cogió por las piernas sin avisar y la puso bocabajo, obteniendo que soltara por fin la blanda arma.
            - ¡Ah! ¡Socorro!
            - Javi, por favor, bájala - exigió Nubia, asustada ante la reacción de su amiga.
            - ¿Seguro? No me gusta que me maten a golpes blanditos - contestó Javier, con cierto toque humorístico aun con el semblante serio.

De repente, una ola de energía emergió de Olivia, provocando una leve presión en el ambiente, haciendo que Nubia y Javier reaccionaran poniéndose tensos. Acto seguido, él soltó a Olivia dejándola en la cama, consiguiendo así, que la gravedad volviera a su estado natural. Ella, con los pelos alborotados y la cara más roja que un tomate, se incorporó y sin muy bien porque, notó que algo no iba bien, pero no pensó mucho en ello.
            - Maldito…
            - No digas eso mujer…-dijo Javier, muy serio, tapándole la boca.
Sorprendida por su reacción, se aparto meditando la situación. Se les notaba un poco tensos y eso la incomodó. Sin embargo, su cuerpo le dio la salida perfecta para escapar de esa situación.
             - Disculparme, pero tengo que ir al baño - excusó sonriente, saliendo de la habitación bastante deprisa.

Ya fuera de la habitación de su amiga, en el pasillo, camino del lavabo, Olivia seguía pensando en Javier y en la situación del día. Su actitud era bastante distinta a la de siempre. Sonriente y amable, esos eran sus estados de ese día, pero de normal era más sombrío y taciturno. El ambiente de la habitación había cambiado justo cuando sintió una fuerte opresión en el pecho. De todas maneras, esa no era su mayor pregunta.
            -“Si no estaba contento por mi cumpleaños, ¿Por qué será?”
                                                                       ***
Saltando de árbol en árbol, no muy lejos de donde Nubia y los demás estaban, una sombra se dirigía hacia ningún lugar.

            - Mierda - dijo Coriu, exasperado - se me olvidó preguntarle a mi señora cual era la dirección.
Sin saber a donde ir, intentó sondear cualquier rastro de energía influyente en un radio de unos cuantos kilómetros.

            - Joder - se frotó el mentón, nervioso - Nadie me había dicho nada de un puto bosque ¿Por qué nadie activará su Suzent?
De pronto, Coriu notó una onda expansiva, no muy grande, procedente de un lugar no muy lejos de su posición. Se incorporó en el borde de la rama donde estaba e intentando concentrarse, consiguió localizar exactamente una constante leve onda de presión que se creaba y se destruía en cuestión de segundos.

           - Perfecto - dijo, sonriendo maliciosamente, retomando el camino.
                                                                       ***


<3 (Me encanta el humor retorcido de Coriu) <3

lunes, 24 de noviembre de 2014

Un relato corto

Buenas, queridas nubecitas esponjosas:

Hoy he estado viendo mangas (rememorando y viendo ultimos capitulos) y se me ocurrió una mini-historieta. Realmente hoy no es mi día, por eso intenté animarme y parece que lo he medio conseguido. Asique, no voy a enrollarme como hago siempre y os dejo con este pequeño desliz que mi mente ha creado.

Espero vuestra más sincera opinión.

Curiosidad: Me va mal la espaciadora. Me estresa. Mucho.

Cancion: Red - hymn for missing
             Kingdom hearts II - Dearly Beloved.
*************************************

Cuando conoci a ese... "Ser", por llamarlo de alguna manera, llovía. Llovia muchisimo. Suponía que los ángeles lloraban por que mi abuela aun no se decidía a ir con ellos. Seguramente uno de ellos sería mi abuelo, el cual amaba mucho a mi abuela y la esperaba en el cielo. Si. Llovia bastante.

Solía quedarme todas las noches, cuando volvía de trabajar sobre las nueve de la noche, durmiendo en la habitación del hospital donde estaba residiendo mi abuela, para que mi madre pudiera descansar. Nos habíamos criado solas, sin un padre/marido que nos apoyara en los momentos dificiles pero si unos abuelos que siempre estaban ahí pasara lo que pasara ¿Porque no darles el mismo amor en sus últimos dias?

Se que no debería haber sido tan cínica, pensando que no iba a durar más de unos días pero los médicos ya nos lo advirtieron desde el principio. El cancer había avanzado y mi abuela ya no aceptaba el tratamiento. Supongo que ella tambien echaría de menos al abuelo. Por eso, queríamos que sus ultimos días fueran felices, sin preocupaciones y unidas. Como siempre.

Estaba ya practicamente dormida cuando escuche el viento moverse al otro lado de la ventana. La lluvia daba pequeños golpecitos en la ventana, pero eso no fue lo que me despertó. Entreabrí los ojos, aún un tanto adormilada por el cansacio y pude vislumbrar una figura, escualida, apoyada en la pared al lado de la cama de mi abuela.

- La espera siempre es lo más ameno.

Un susurro apenas perceptible. Extraña ante esa voz grave y profunda, me removí en el asiento. Pestañeé varias veces, intentando despejarme. Pensé que era el medico con nuevas noticias pero la persona no llevaba una bata blanca. Sus ropajes negros me dejaron extraña consiguiendo que pegara un pequeño salto en la silla. Él solo desvió la mirada hacia mi, sereno.

- ¿Quien eres?
- No tengo nombre. Solo estoy de paso, no te preocupes por mi existencia.

Sin levantarme de la silla, froté mis ojos para poder ver mejor a el ser que estaba posado tranquilamente, sin el más minimo movimiento, al lado de mi abuela.

- ¿Que quieres? - pregunté.
- Yo no quiero nada. Solo espero.
- ¿Que esperas?
- La curiosidad mató al gato, pequeño humano.

¿Humano? Esas palabras producieron una reacción de alarma en mi interior, obligando a mi cuerpo a levantarse rapidamente pero cuando volví a mirar donde estaba el chico, como si una rafaga de viento soplara, se desvaneció en el aire. Como polvo.

- ¿Leti? - susurró mi abuela - ¿Que ocurre?
- Nada abuela - dije, colocandome al lado de ella, cogiendo su mano - Solo estoy un poco adormilada. Vuelvete a dormir.
- Calla - sonrió debilmente, acariciandole la mano con dulzura - Me gusta ver a mi trabajadora nieta.

Cada noche, desde ese día lluvioso, el joven aparecía al lado de mi abuela, sereno, tranquilo. Esperando algo. Sospechaba quien era pero me negaba a esa idea. Los shinigamis no existen, me repetía todas las noches que lo observaba.

- Si quieres formular una pregunta - dijo, en una de las noches -  solo tienes que hacerla.
- ¿Ahora me vas a contestar?
- La espera a veces se hace eterna.

Sus palabras eran enigmaticas. Si no era humano, ¿Que era?

- Eres un shinigami.
- Eso no es una pregunta.
- ¿Lo eres? - dijo Leticia, removiendose en su asiento, intentando hacer el minimo ruido posible.
- Shinigami, dios de la muerte, la parca... Tenemos mil nombres.
- ¿Tenemos?

Una pregunta sin respuesta, que todavía tengo la duda. Suspiré. Ese no era el hilo de preguntas que él me quería llevar.

- ¿Cuantos años tienes?
- Demasiados.

Corto y preciso. Tampoco iba a sacar mucho. No apartaba la mirada de mi abuela, paciente. No denotaba ninguna expresión en su pálido rostro, etereo más bien.

- ¿Vas a llevarte a mi abuela?
- Si ella quiere...
- ¿Como lo haces? Quiero decir, ¿Como haces para que ya no viva más?
- ¿Realmente quieres saberlo?

Su contestación no fue muy agradable para mis oidos. ¿Eso significaba que iba a sufrir? Aunque estaba preocupada por mi abuela, la parca me producia mucha curiosidad. Tenía la oportunidad de saber cosas que ningun otro ser humano sabía, pero según sus respuestas no estaba segura de si quería saberlas.

- ¿Te has enamorado alguna vez de alguna chica? - "Preguntas tontas, respuestas idiotas. Pero realmente quería saber si tenían sentimientos" pensé.
- No tengo sentimientos. No. No siento atracción por ningún sexo.
- ¿Eres un hombre no?
- Soy asexual, pequeño humano. No necesito procrear como hace vuestra especie. Cumplo mi trabajo. Llevo a las almas buenas a su descanso eterno y a las almas malas a un sufrimiento infinito.

Tantas respuestas de repente me dejaron un tanto confusa pero el ser abrió los ojos, incorporandose, cosa extraña en él. Un suspiro de mi abuela me hizo levantarme y colocarme a su lado. Él no se movió.

- Mi pequeña... - susurró - Es hora.
- Abuela... - sollocé, sin poder reprimir las lagrimas.
- Te quiero... Os quiero muchisimo a tu madre y a ti. No lo olvides nunca.

Cogiendo su mano fuertemente, no dejé de llorar. Él, lentamente colocó sus manos en la cara de mi abuela.

- Querida Eleanor - dijo el dios de la muerte con voz fuerte - Se te ha otorgado el honor de estar con tus seres queridos donde las almas buenas residen una paz eterna por sus buenos actos en vida. Que descanses en armonía.

Como si de un aura blanca se tratara, un pequeño destello iluminó a mi abuela o eso creí ver antes de que exalara su ultimo aliento, sonriente. Me llevé la mano a la boca, sin poder creerme que ya se había ido. Él me observó.

- Es el ciclo de la vida, pequeño humano. - dijo colocandose bien las ropas.
- Si, pero es duro.
- Claro.
- ¿Entonces está en el cielo?
- Si lo quieres llamar así, sí.
- Gracias.

De su boca salió una especie de risa pero fue tan extraño que no puedo asegurar que así fuera. Volviendose su imagen difuminada, me miró por última vez, diciendo antes de desaparecer completamente:

- Nos veremos en un futuro, Leticia.




<3

jueves, 20 de noviembre de 2014

Hincar los codos... Para escribir

Hola nubecitas esponjosas llenas de pensamientos:

Hoy, más bien hace unos minutos, escuchando canciones que motivan a cualquiera (steve aoki, rammstein, zombie kids...) he decidido, ¡NO PARAR DE ESCRIBIR HASTA HABER ESCRITO DOS CAPITULOS!

Sip. Reto. Porque sino, no se puede xD Lo que quiero decir es que, la historia del Susurro de los Dragones, está parada. No es que no tenga imaginación suficiente para seguir trazando los hilos de la vida de Olivia y los demás. Nop, porque eso ya está echo, desde hace muuucho tiempo (como unos 5 años, Gema lo sabe jajaja)

Lo que ocurre es que, quiero que salga tan perfectamente perfecta que no me gusta nada de lo que escribo. Es decir, escribo un parrafo, lo leo, lo borro, me estreso. Así, una y otra vez. Y siempre digo: Lo seguiré mañana. Pero ¡No! No puedo seguir así, asique me e propuesto a mi misma (mi yo trabajador a mi yo creativo) no parar en toda la noche hasta que re-escriba dos capitulos.

¿Problemas? Suelo acostarme a las 11 porque me levanto a las 6; Mañana tengo analisis de sangre a las 8:15 y tengo pánico a las agujas (conclusión = desmayo seguro); Si no me gusta, borro, por tanto, horas y horas con la misma pagina, etc...

Otra cosa que no sabiais, es que aunque la historia ya está escrita (muy mal escrita, pero ahí está) es que pensé hace un tiempo en cambiar...de bando, un personaje. No es porque quisiera, es porque no tenía otro remedio si realmente queria que la historia tuviera unos pilares bien fuertes. Y eso me cuesta muchisimo (SPOILER: Lo siento querida... Te tocó a ti).

Asique, después de este inmenso rollazo con mi explicación de los siguientes acontecimientos, me despido hasta mañana donde subiré la continuación del capitulo 2 (si no es muy largo, hasta el final).

Espero que les haya gustado "Cuentame tu historia 3". Suria no es mala. Solo tiene instinto de supervivencia D:

P.D. Dibujito recien echo :3




<3

Cuentame tu historia 3

Buenas queridos visitantes:

Despues de todo el lio con el Salon del Manga de Murcia (como bien anuncié en mi anterior entrada )
ya estoy a vuestra entera disposición (quitando del cuidado de mi hamster y de las asignaturas del conservatorio ) y como bien atrasado tengo esto, hoy os deleitaré con un poco de nuevo producto ( nuevo trabajo: comercial ).

Copio y pego la información que nos ha dejado la iniciativa Cuentame tu historia (enlace incluido ), en la izquierda de la pagina web, como siempre, os lleva directamente hacia la pagina donde nuestras queridisimas amigas, nos proponen nuevos retos con los que desarrollar nuestra fantástica imaginación. Estais todos invitados.

--->En este "Cuentame tu historia" hay varios personajes en los que debes elegir.

Nombre: Ayleen 
Característica: bruja 
Físico: pelo largo y moreno, ojos ámbar, complexión delgada, huesos marcados. 
Situación: debido a ciertos acontecimientos relacionados con ella y que han ocurrido a su alrededor, la acusaciones de brujería han ido tomando peso.


Nombre: Kalen 
Físico: alto, delgaducho, moreno Personalidad: solitario, emocional 
Situación: en la noche de Halloween, pasea por el cementerio. Y ve algo que no debería haber visto.

Nombre: Suria 
Característica: sirena 
Físico:-Humana: a vuestra elección
-Sirena: cabello entre verde y azul (podéis asemejarlo a las algas o algo parecido), ojos sin pupila, verdes. El resto de características las podéis elegir vosotros. 
Situación: no te dejes engañar por su belleza. Estas criaturas no son lo que parece y en la noche de brujas, donde todo vale, su poder es más fuerte. Ten cuidado.

Nombre: Enya
Característica: fantasma de una niña
Situación: su espectro incorpóreo vaga sin descanso, atado a un pasado que no puede olvidar. A un pasado horrible que quedó grabado en su mente.


Todos los nombres que he usado son de origen celta. Como nota importante, aunque una de las reglas es que los personajes propuestos sean protagonistas de la historia por tanto, se cuente desde su punto de vista, no es necesario hagáis esto con la sirena y el fantasma. Siempre y cuando sean ejes centrales de vuestro relato, podéis incluir nuevos personajes como narradores.

Y como estoy en mi derecho, cojo tres personajes jajajja
P.D. Lo iba a subir el lunes pero no ha podido ser. Perdón por que sea tan largo. u.u 
RECOMPENSA DE LA ESPERA, AL FINAL DE LA HISTORIA :3
****************************
Era la noche de brujas, halloween, dia de los muertos, etc. El 31 de octubre tiene muchos nombres, pero todos significan lo mismo. El terror llenan las calles, las casas y a las criaturas que habitan la tierra, tanto humanos como seres sobrenaturales, tanto vivos como muertos. Es una noche dedicada a los asuntos más oscuros, dejando desatar el mal que habita en el planeta. Si de verdad existe el diablo, es su día favorito del año.

En los institutos, era típico realizar varios "rituales" de iniciación para los que comenzaban la etapa de la adolescencia y Kalen, un chico de intercambio, alto y delgaducho, no era una escepción. Solía ser un chaval solitario, sin destacar entre la multitud pero cuando los padres de un adolescente hacen presión para que se integre en la sociedad, conllevaba a que participara en las actividades sociales por excelencia, eso incluía las novatadas.

Tampoco es que fuera algo dificil, pensó Kalen : Pasar una noche en el cementerio acompañado solo de una linterna. Ya había estado más veces allí, visitando a su difunto padre desde un par de años atras. No era precisamente un lugar agradable, pero las flores que cambiaba periodicamente de su tumba, daban un poco de color al lúgrube lugar.

 "Por la noche, el ambiente es demasiado humedo" pensó Kalen, frotandose los brazos para intentar entrar un poco en calor.

No estaba solo, lo sabía. Algunos de sus compañeros habían hecho otras pruebas en otros lados, no sabía muy bien el que, pero otros, al igual que él, vagueaban por el cementerio. Y seguramente, el enterrador o el guarda del lugar también andarían por ahí, cumpliendo su trabajo. 

-¡Ayuda! - se oyó una aguda voz, no muy lejos de donde se encontraba Kalen. 

El grito lo oyó con total claridad pero, estando donde estaba, en mitad de una "prueba", asique no sabía si sería una broma o realmente alguien necesitaba ayuda.

-¡Socorro!- gritó una voz femenina otra vez.

Suspiró frustado. Su mente le obligló a ir a ayudar a la voz misteriosa, más bien, la enseñanza de su madre de ayudar al prógimo. Se levantó de la tumba de su padre y arreglando un poco las flores, emprendió la marcha espolsandose el polvo de los pantalones. Sin embargo, en cuanto dió dos pasos, la visión se le comenzó a nublar. Un mareo súbito hizo que perdiera un poco el equilibrio pero no lo suficiente como para caerse. Apoyándose en una lápida, logró divisar una pequeña figura.

-¿Hola? - dijo Kalen, un tanto jadeante.
-Ayuda - oyó un tanto más flojo.

Pudo distinguir la silueta de una niña de unos nueve años. El pelo largo le llegaba hasta los codos y su tez demasiado blanca confundía todavia más al chico. El sonido de las olas chocando contra las rocas conseguia que no se desmayara.

-Alejate de ahí.
-No - susurró la niña, extendiendo la mano mientras daba un paso hacia atras - No me cojeras.

Notaba el frio del mar en su nuca, erizando su cabello; las nauseas inundaban su cuerpo, pero intentaba soportar la compostura para poder evitar un accidente. No sabía muy que estaba ocurriendo, aun así solo tenía que claro que debía salvar a esa niña.

- Ven aquí - dijo haciendo señales con la mano para que se acercara a él.
- Jamás - sonrió y colocando sus brazos en cruz sobre su pecho, se impulsó hacia atras por el acantilado.
- ¡No! - gritó Kalen, lanzandose.
- ¡No! - gritó una desconocida, empujando a Kalen hacia atras, evitando que cayera en una fosa bastante profunda.

Con un golpe sordo, cayeron al lado de unas tumbas con sus respectivas lápidas, las cuales, de milagro rompen con la cabeza. Ella se levantó primero, un tanto mosqueada aun encima de Kalen. Aun un tanto atudido, empezó a pestañear pero antes de mediar palabra, la chica suspiró fuerte.

-¿Se puede saber que demonios hacias? - preguntó un tanto indignada.
-¿Como? - respondió él, llevandose la mano a la cabeza.

Aunque la joven hablaba por los codos, Kalen no le prestaba atención. Estaba intentando asimilar lo que había sucedido. ¿Que diablos había visto? ¿Era una novatada? Estaba completamente seguro de que había visto una niña y un acantilado; había notado el aire frio del mar y su olor a sal. Sin embargo, estaban a cientos de kilometros de cualquier playa u algo parecido a una gran extension de agua salada.

- ¡¿Pero me estas excuchando?! - gritó ella, consiguiendo que Kalen volviera en sí.
- No...
- ¡Jum! - resopló - Encima de que te e salvado la vida.
- Lo siento. Estaba un tanto confuso. - confesó, levantandose rápidamente y ofreciendole la mano.
- No pasa nada. Me llamo Suria. 
- Kalen. ¿También estás aquí por la novatada o por gusto?
- Novatada. 

Emprendieron camino hacia la entrada del cementerio, ya que faltaban un par de horas hasta el amanecer y con ello, el fin del día y de la prueba.

-No pareces muy asustada. - dijo Kalen, viendo como estaba bastante calmada para el sitio en el que se encontraban.
-Suelo venir aquí a ver a mis seres queridos.
-Oh, lo siento. - agachó la cabeza, pensando que había sido un tanto insensible. - Yo tambien vengo a visitar a mi padre.
- Mi pesame - dijo Suria, con una debil sonrisa. - Mira, allí está la salida.
- Perfecto.

Cuando Kalen tocó la rendija de la puerta, notó un frio escalofrio en la espalda, consiguiendo que se girara intrigado ante tal sensación. Pestañeo varias veces, sin creerse lo que veía.

-¿Que ocurre? - preguntó Suria, mirando extraña a Kalen, el cual miraba a la nada, un tanto sorprendido.
- ¿No lo ves? - dijo él, señalando hacia donde supuestamente estaba la niña ha varios metros de ellos - Debo de estar alucinando.
- Si esto es una especie de broma, ya basta. Creo que e tenido suficiente por hoy. 

Sin que le diera tiempo a replicar, Suria cogió a Kalen de la manga, arrastrandolo hacia fuera del cementerio, donde las luces de las farolas, conseguían que el lugar no fuera tan siniestro. Aun se veían algunas luces dentro del lugar, pero prefirieron seguir adelante, no sin que Kalen echara de vez en cuando la vista hacia atras. La pequeña le estaba siguiendo

- ¿Kalen?
- ¿Mmm? - reaccionó ante la llamada de Suria. La miró a los ojos. No se había dado cuenta hasta ese momento de que era bastante guapa. Su tez morena resaltaba con sus azules ojos, los cuales destacaban todavía mas con la gama de negros y castaños que inundaban sus cabellos, largos. 

- Intento interactuar contigo pero estás distraido. - siguió caminando, repizcandose las manos - se que no es agradable hablar con un extraño, por eso creo que deberiamos conocernos mejor, ¿no?
- ¿Eh? Claro... Perdoname. - dijo Kalen, frotandose los ojos - Es que estaba pensando que deberíamos ir al colegio para demostrar que hemos superado la prueba.
-¡Ah! - sonrió Suria - Van ha hacer una especie de fiesta al lado del rio. Para los que hemos pasado la prueba.
- ¿Ah si? ¿Como sabes eso? 

Sonrió enseñando los dientes, acto que consiguió que Kalen olvidara su nueva compañia eterea por unos minutos.

- Llevo aquí muchisimo tiempo. Es normal que sepa de las actividades del instituto.
- ¿No eres nueva?
- No, soy de tercer año. Me gustan mucho estos eventos y soy una de las encargadas de que todo salga bien.
- Ah, por eso me ayudastes.
- Hombre, no iba a dejar que te cayeras a una fosa así como así. - rió.

Un rato después de estar charlando, Kalen notó de nuevo el escalofrió, pero esa vez en el hombro derecho. Intentando disimular su asombro, miró hacia el otro lado, volviendo la vista hacia Suria, pero la niña seguía posada en su hombro.

"Parece buena chica"
- ¡Ay! Me está sonando el movil - dijo Kalen, a modo de excusa - Dame un segundo.
- Claro, yo aprovecho para confirmar el sitio de encuentro.

Alejandose un poco de Suria, el chico se escondió detras de unos arbustos, intentando que no le viera hablar con lo que supuestamente no debería estar ahí.

-¿Que demonios eres? ¿Porque me sigues?
"Eres un buen chico. Por eso quería ver tus últimos momentos"
-¿Como?
"Seremos buenos amigos"

En unos segundos, el fantasma desapareció dejando en el aire un susurro. "Disfruta del resto de tu vida". Sin entender muy bien a que se refería o si se trataba de alguna broma, salió de su escondite para reunirse con Suria, la cual estaba colgando el telefono, sonriente.

-¿Todo bien? - preguntó Suria, aun con la sonrisa dibujada en su rostro.
- Si, mi madre. - sonrió - Siempre está preocupada.
- Madres. Sufriendo 24 horas por la seguridad de sus niños.
- Jajaja, muy cierto.

Emprendieron la marcha, sin darse cuenta de que la pequeña sombra, les seguía de nuevo.

--

Después de una hora andando y conversando, de la cual Kalen ni se dió cuenta de que había transcurrido tanto tiempo, llegaron a un pequeño claro, donde habían bastantes adolescentes bebiendo, con musica y disfraces, disfrutando del día de Halloween.

- Ya hemos llegado - dijo Suria, avanzando rápido hacia la multitud.
- ¡Espera! No me dejes solo.
"No estás solo"

 Dió un pequeño salto ante la nueva aparición del fantasma. Negando con la cabeza, intentando despreciar su existencia, siguió el camino que su nueva amiga había emprendido. 

"No deberías alejarte tanto de Suria"
- Eso intento - susurró para que nadie oyera, más que el fantasma. - Suria.
- Ah, Kalen. Lo siento - se disculpó, dandole un abrazo - Tenía que informar a mis compañeros de las novedades de la prueba del cementerio.
-Claro. ¿Que te apetece hacer?
- ¿Nos damos un pequeño baño?
-¿Como? - preguntó un enrojecido Kalen. 
- Vamos, el agua no mata a nadie - dijo Suria, volviendolo a coger de la manga y arrastrandolo hacia la orilla del pequeño rio.

Quitandose los zapatos, los calcetines y los pantalones, dejándose la camiseta y la ropa interior, Suria se zambulló en el agua, la cual cubría levemente hasta sus hombros. Kalen, un tanto nervioso, se quedó descalzo en la orilla, sin saber muy bien que hacer.

- Venga, cobarde - dijo, haciendole señas de que entrara - No cubre tanto, por lo menos aquí. 
- Es que...
- Va, no me dejes sola aquí dentro - suplicó, haciendo pucheros.

Suspirando, se quitó la camiseta y aun con los pantalones cortos, se metió lentamente en el agua, quedandose a un par de metros de Suria. El agua estaba perfecta. 

- El agua está perfecta.
- Si, perfecta... - susurró Suria, con una sonrisa, zambullendose.
- ¿Suria?

Sin saber por que, el panico comenzó a apoderarse de su cuerpo, el cual no respondia a su llamada de socorro e intentar salir del agua. De pronto, unos brazos escamosos le rodearon los hombros; unos cabellos verdes azulados se posaron su cuello y rodeando su cuerpo en el agua.

- Ya eres mío, pequeño humano.
- ¿Qué eres?
- ¿Que pasa? ¿Nunca has visto una sirena?

Moviendo su cola, centelleó sus escamas por debajo del agua gracias a luz de la luna que se reflejaba en el rio, consiguiendo que Kalen la viera. Con todas sus fuerzas, intentó soltarse de esos brazos un tanto resbaladizos, pero era imposible.

- El agua es mi territorio, Kalen. Ya no tienes escapatoria.
- ¿Porque haces esto?
- ¿Porque? Varias razones...- dijo Suria, dandole la vuelta para poder ver su rostro. - Una de ellas es porque tengo hambre y como deberías saber, las sirenas somos seres sobrenaturales que embrujamos a los hombres para que se enamoren de nosotras y así poder comernoslos.

Abrió los ojos y observó a su cazador. Aunque su rostro tenía la misma forma, ya no tenía orejas. Unas branquias azuladas brillantes sobresalian entre su cabello verdoso y las escamas que habia notado en sus brazos, comenzaban desde la garganta y se perdian por su pecho. Cuando esta sonrió, pudo ver millones de dientes afilados, junto con unos ojos sin pupila. 

- Y porque le debo un favor a una amiga.

Sin previo aviso, abrió la boca y comenzó a engullir a Kalen, sin darle tiempo a gritar, patalear o cualquier manera de intentar salvarse. Solamente pudó beber agua, consiguiendo ahogarse antes de que la sirena pudiera engullirselo entero. En apenas unos segundos, el cuerpo del chico había desaparecido y en su lugar, apareció una blanca alma que poco a poco recobraba el aspecto de Kalen.

"¿Que?"
"Por fín..."

Kalen se giró y vio a la pequeña niña, la cual tenía el mismo aspecto que él. Muerto. Fantasma.

- Ahí lo tienes, Enya. Un compañero para toda la vida. Que lo disfrutes.






 





<3

viernes, 14 de noviembre de 2014

De viaje

Queridos visitantes:
Me encuentro a unos 200 km de mi casa, sin ordenador ni ningún pasaje de ninguna historia. ¿Qué quiero decir con eso? ¿Cómo cojo*nes estoy subiendo esto?
Muy sencillo. Me he descargado la aplicación de blogger en el movil y aquí estoy. Sin subir historia una semana. Pero no os preocupéis. Para el domingo tendré la 3* cuentame tu historia.
Asique no os entretengo mas. Os prometo fotos porque si, no tuve suficiente con el salon del manga de Barcelona, no. Tengo que ir al de Murcia.
Muchos besitos.
Disfrutar del fin de semana.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Susurro de los dragones (Cap. 2 - "Habrá que contarle la verdad") Parte a)

Oli Queridos Visitantes:

Como bien os prometí, os deleitaré el día de hoy con un fragmento del capitulo 2 (sip, no e tenido mucho tiempo y no e terminado de escribirlo), que ya comienzan a aparecer todos los personajes. Esta historia es un tanto peculiar porque, aunque Olivia es el personaje principal, tanto Maiga como unos cuantos más personajes ( unos 4 más ) son co-protagonistas. Esto puede llegar a veces a producir un tanto de caos, pero intento mantener las distancias para no crearos lios.

Tambien quería informaros de que hoy me dió el venazo y dibujé de nuevo a Olivia. Si, soy de las que dibujan a sus personajes y como voy viendo su evolución, pues nunca me quedo a gusto con un dibujo de ellos. Pero esta vez si. Ya tengo a Olivia. Por lo menos su rostro jajaja. A ver si más adelante puedo escanear el pequeño dibujo y mostraroslo para que porfín podais ponerle cara al personaje. Tambien intentaré plasmar a los demás como yo los veo en mi cabeza (tampoco soy una experta en dibujar)

Y sin más dilación, aquí teneis el principio del Capitulo 2.
Espero que lo disfruteis.

***************************************************************************



Desde la casa de Olivia había aproximadamente unos quince minutos andando en dirección contraria al instituto para llegar a la calle donde residía Nubia, su mejor amiga. A causa de ello, estuvieron un buen rato caminando sin decir absolutamente nada, consiguiendo que Olivia se sintiera incomoda como nunca antes lo había estado. A Javier no parecía que le importara el silencio, pero Olivia no podía más.
            
            - Bueno, ¿Y quieres ir a ver a Nubia por algún motivo en especial?
            - No - dijo Javier - por nada en especial - volvió a colocar las manos en su nuca - Me apeteció acompañarte ¿Y tu?
            - Es mi amiga desde que tengo memoria - agachó la cabeza - Necesito ver con mis propios ojos que se encuentra bien - levanta la mirada y sonríe - y estrecharla entre mis brazos.

Javier se quedó observándola en silencio, sin dejar de caminar. No había ningún tipo de expresión en su rostro y eso siempre confundía a Olivia. 

            - ¿Qué te pasa?
            - Nada - sonrió, mirando al cielo - ¡Ay, que mala te has vuelto?         
            - ¿Cómo? - pestañeó, sorprendida.
            - Quien diría que te vería pelándote la última clase que queda del curso - la mira de reojo, aun con la sonrisa en el rostro - aunque al menos tienes excusa, ¿no? Hoy es tu cumpleaños
            - ¡Si! - “Se acordó. Él se acordó”
            - Pensaba darte un regalo en el patio, junto con Maiga - suspira - pero lo tiene él. Asique si te parece bien, después lo llamamos y te lo damos.
            - Perfecto.

Olivía sonrió. Se había acordado de su cumpleaños y con regalo y todo. Ese sería el momento en el que se confesaría. Después de todos estos años, llegó el momento de decirle todo lo que sentía por él y nada podría estropearlo.

            “Es el día que has estado esperando, Olivia. Sabía que hoy iba a ser un día especial”

***

A unas pocas manzanas en dirección contraria de donde iban Olivia y Javier, el último día de clases ya había comenzado para los alumnos de algunas universidades. Esa sería la última vez que la profesora pasaría lista a esa clase.

            - ¿Olga Gonzalez?
            - ¡Presente!
            - Bien… ¿Dayan Pelf?
            - ¡Si!
            - Perfecto… ¿Victoria? ¿Victoria Nogard?
            - No ha venido hoy - se escucho al fondo del aula.
            - Hoy es su cumpleaños, Señorita Meler - excusó Maiga rapidamente - supongo que se habrá quedada pegada a las sabanas.
Toda la clase comenzó a sumirse en un aire de risas provocadas por el alumnado ante el comentario de Maiga, incluida una pequeña contribución de la profesora.

            - Bueno, no pasa nada. Sigamos.

Volviendo a mirar la lista que tenía entre sus manos, la señorita Meler continuó nombrando a personas.

            - ¿Javier? - alzó la vista del papel - ¿Javier Orellabac?

Un silencio que fue cortado por los susurros de los compañeros inundá la sala, dejando confusa a la profesora, ya un tanto mosqueada.

            - ¿También es su cumpleaños?
            - No - confirmó Caprice, arreglándose el pelo - Su cumpleaños es Navidad, profesora. Tambien se habrá quedado dormido.
            - Por dios - resopló, llevandose en una mano a la cabeza- Aun no habeis comenzado las vacaciones y ya empezais a dormiros hasta tarde - niega con la cabeza, volviendo al papel. - Los jóvenes de hoy en día…

En un mundo aparte, concretamente absorto en sus propios pensamientos, se encontraba Maiga intentado averiguar porque la falta de Javier. Aunque su amigo fuera especialmente vago y pasota, nunca faltaba a una clase.

            -"Esto si que es raro "- pensó Maiga - "Olivia me habia dicho que vendría, aunque después de lo de Nubia… Demasiada casualidad que Javier falte… y él es prácticamente vecino de Nubia. Quizas… No…Él había quedado conmigo para darle juntos a Olivia el regalo…" - sin darse cuenta, habló en voz alta - No puedo esperar ningún día más… Tengo que dárselo y comprobarlo.

En ese instante, resonó la campana del final de clases en el aula, devolviendo a Maiga a la realidad. Junto con sus compañeros, comenzó a recoger todas sus pertenencias que había por el escritorio, sin darse cuenta de que una chica de pelo rubio se acercaba con cierta gracia.
            - Comprobar el que, Maiga? - dijo Caprice
            - ¡Ah! - chilló, hiendose hacia tras, consiguiendo tropezar con la silla y volcandola contra el suelo - ¡No me pegues esos sustos Caprice!
            - Lo siento - se disculpó, enseñando la lengua - ¿De que estabas hablando, tan ensimismado? ¿Del regalo de Olivia?
            - Si… - “Si es que no puedo mantener la boca cerrada” pensó, dandose la vuelta, dispuesto a irse.
            - ¿Qué es? ¡Dimelo, anda! - insistió, congiendole del brazo.
            - No, dejame ir, Caprice - dijo, soltandose de su mano con cierta brusquedad.- Tengo prisa.
            - Buff - bufó, cruzandose de brazos - Que malo eres, Maiga.
            - Claro, claro - susurró, alejandose de ella.

Cuando Maiga ya salió por la puerta, Caprice volvió a por su mochila, dos mesas más atrás de donde había estado su compañero, pensativa. Frunció el ceño, mientras dirigía la mirada hacia la ventana, observando como Maiga se alejaba del recinto de la universidad.

            - Este chico oculta algo - dijo sonriendo - Y yo lo voy a averiguar.

                                                                       ***

Ya apenas a dos calles de donde residía Nubia, Olivia y Javier seguían caminando hacia esa dirección con la intención de ver como se encontraba. Pero nuestra protagonista seguía un tanto inquieta. Era amiga de Javier desde pequeños y no quería estropear su amistad, pero no podía esperar más tiempo. No podía guardar más sus sentimientos.

            “Será mejor que hablemos de algo. Este silencio me está matando”
            - ¿Decías algo? - dijo Javier, mirándola de reojo sin sacar la mano de los bolsillos.
            - Eh… - desconcertada, preguntó lo primero que le pasó por la cabeza - ¿Desde cuándo conoces a Nubia?
            - ¿Desde cuando? - repitió, desprevenido ante la pregunta  - Pues… - miró al cielo, serio - bastante tiempo…
            - ¿No lo sabes? - inquirió, ahora curiosa.

Su sonrisa de medio lado se volvió a dibujar al mismo tiempo que la miraba muy brevemente, pero se borró tan rápido como apareció.

            - La verdad es que sí, pero no me creerías. Algún día te contaré esa curiosa historia.





<3