viernes, 28 de noviembre de 2014

Susurro de los Dragones - Cap 2. Parte b)

Buenas tardes/noches/díiiias, nubecitas esponjosas:

Sin mucho movimiento en el blog y demasiado en mi vida cotidiana, por fin os subo un poco de SDLD, como os prometí haaace mucho. Tampoco es que vea mucho entusiasmo por ella y eso me deprime un poco. Le tengo mucho amor a esta historia y pensé que le pillariais cariño tambien. Pero bueno, todo no puede ser.

Asique no os voy a llenar la cabeza con mis preocupaciones y os dejo con la continuación del capitulo 2. No es la última parte. He decidido dividirlo en tres.

Espero vuestra sincera opinion y que la disfruteis.

P.D. Algunas frases son repetidas de otras historias. Soy muy de refranes y metaforas.
P.D2. Estoy haciendo una especie de mapa, para que no os lieis demasiado, intentando situarlo todo.

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Acostumbrada ya ante su misterioso amigo, suspiró un tanto inquieta. No estaba totalmente segura de si debía expresar sus sentimientos.
      
            - Bueno - sonrió, ladeando la cabeza - Espero ese día con impaciencia - rió suavemente, un tanto nerviosa, para finalizar mordiéndose el labio inferior.
            - Ay… ese gesto de boca siempre me ha gustado - dijo Javier, sacando una mano del bolsillo para acariciarle la cabeza. Olivia se sonrojó ante tal acto pero él no dejó de hablar. - Supongo que esa es una de las razones por las que Maiga te…- tragó saliva y tosió, intentando disimular. - Claro…
            - ¿Qué? -preguntó Olivia extrañada. Le agarró de la chaqueta, intentando llamar su atención.
            - Nada… - “Casi se me escapa los sentimientos de Maiga”.- La curiosidad mató al gato.
            - ¡Dímelo! - “Está actuando muy extraño.”
            - Déjalo, Olivia. Solo iba a decir una tontería. Ya estamos casi en la puerta…

Sin darle tiempo a terminar y gritando “¡Javier!”, Olivia se tiró sin pensarlo dos veces encima de su espalda, pillándolo un tanto desprevenido.

            - ¡Uaa! - gritó sin poder evitar una carcajada - ¡Quita de encima, mono!
            - ¡Que me lo digas!

Sin poder mantener el equilibrio, los dos cayeron al suelo. En una pelea, donde solo daban volteretas sobre si mismos, llegaron sin darse cuenta a la puerta de Nubia. Consiguiendo, sin apenas resistencia de Javier, ponerse encima, aun sujetándolo de la chaqueta, le volvió a insistir entre jadeos pero su amigo seguía negándolo.

            - Olivia, quita de encima - suspiró - No es nada, en serio.

Sintiéndose un poco estúpida y avergonzada a la vez, con todos sus cabellos revueltos, se apartó de él rápidamente y se sentó en el suelo.

            - ¡Ahh! - gritó - ¡Eres un estúpido!

Incorporándose, Javier miró a su amiga y las pintas que llevaba le producieron una repentina risa, junto con palabras sueltas que no tenían ningún sentido aparente excepto para el propio transmisor.

            - ¡Que jajajaja Cara! - logró decir mientras se secaba las lagrimas - ¡Que estilo más moderno llevas!

Toda roja, Olivia apartó la cara de la vista de su amigo, el cual disminuía la potencia de su risa pero sin dejar de hacerlo. Se había olvidado completamente donde estaba, por eso, cuando apareció una sombra en el portal, se sorprendió.

            - Ejem - dijo una voz femenina detrás de la puerta - ¿Se puede saber que estáis haciendo? ¿No estaréis peleando otra vez?

Javier se espolsó el pelo antes de contestar, pero Olivia se adelantó.

            - ¡Nubia! Todo es culpa de este.
            - Que va. Estamos haciendo un espectáculo gratuito en la calle.

Se oyó una pequeña risa por parte de Nubia antes de abrir la puerta con una gran sonrisa.

            - Hola Javier, Hola Olivia. ¿Necesitáis algo? - dijo Nubia, amablemente.
            - Hemos venido a visitarte, aunque la pequeñaja esta no sabe comportarse.
            - ¡Oye! - gritó Olivia, un tanto mosqueada - Solamente queríamos saber como estabas Nubia, ya que no avisas.

Ante el puchero de su amiga, Nubia cogió la mano de Olivia y la apretó como gesto cariñoso, consiguiendo que esta sonriera.

            - Lo siento, no quería preocuparte. - excusó - Pero pasar, no os quedéis en la calle.
            - Gracias.

Olivia miró a Javier, aun sonrojada por lo ocurrido, pero el volvía a tener ese rostro serio que lo caracterizaba. Su periodo de “Actitud de crio” había llegado a su fin. Suspiró mientras entraba por la puerta y la cerraba. “Por lo menos has conseguido que sonriera un poco solo para ti” pensó Olivia, satisfecha por su logro.

                                                                       ***

            - Venga Maiga, dime donde está tu amigo - dijo Caprice, acosando a un Maiga ya bastante enfadado.
            - ¡Que me dejes en paz, pesada! - “No se como Javier puede aguantarla, en serio”
            - ¡Aiii! - chilló estirándole de las mangas y soltándolas - Ya te lo sacaré - dijo guiñándole un ojo y desapareciendo.      
            - Uuu - susurró al mismo tiempo que un escalofrío recorrió su cuerpo.

Ya en el exterior del edificio escolar, Maiga continuó corriendo por el patio buscando a ciertas personas.

            -  ¡Hey! - se oyó debajo de un árbol, no muy lejos de donde estaba Maiga - ¡Maiga! ¡Estamos aquí!
            - ¿Eh? - dijo, mirando hacia donde estaban un grupo de tres chicas - Voy.
            - ¿Por qué has tardado tanto? - preguntó una de ellas
            - Uff, perdón - se disculpó - Moni, Nao, Sofi - saludó, intentando recobrar el aliento. - La pesada de Caprice, que no paraba en preguntar sobre el regalo de Olivia y que donde estaba Javier. - explicó mientras se sentaba.
            - ¡Dios! Mira que agobia esa muchacha - dijo Naomi - Cuando no está Javier, no deja en paz a los demás preguntando por él, que por cierto ¿Sabéis algo de Javi? 
            - A saber. Se habrá dormido, como siempre.
            - Creo que se habrá ido a ver a Nubia, que ya volvió a casa ¿no? - preguntó Mónica - Habrá que ir a verla.
            - Yo se que Olivia quería verla, pero suponía que vendría antes aquí - respondió Maiga, un tanto nervioso.
            - ¡Oh! Yo los he visto esta mañana - dijo Sofía, dando pequeños saltos - Cuando estaba saliendo de casa, vi a Javi y a Oli hiendo para su casa. Parecía que se divertían - sonrió inocente.

Ante el comentario de Sofía, Naomi y Mónica se miraron con expresión preocupada y acto seguido dirigieron su mirada hacia Maiga, el cual su rostro comenzaba a ponerse de un color rojizo. Ellas dos sabían los sentimientos de su amigo hacia Olivia, pero Sofía, inocente de ella, no tenía ni idea. Solo sabía que hacia tiempo que Olivia sentía cosquilleos en el estomago ante la presencia de Javier.

Sin entender el silencio que se había formado, Sofía miró a sus amigas, las cuales seguían mirando a Maiga. Ella le miró y lo vio todo rojo.

            - ¿Maiga? - se acercó Sofía, preocupada ante su expresión - ¿Te encuentras bien?
            - ¡Perfectamente! - gritó, levantándose rápidamente - Me voy a buscar a Olivia. Tengo…Tengo que darle su regalo - excusó sin mirarles a la cara.
            - Nao, déjame el móvil. Esto me da mala espina - dijo Mónica, suspirando.
            - ¿He dicho al malo?

Mónica y Naomi miraron a su amiga. “Pobre inocente” pensaron las dos.

                                                           *** 
Al otro lado de la ciudad se situaba el barranco, en el cual, estaba lleno de cuevas, algunas bastante profundas, otras no tanto. Pero en una de ellas, donde técnicamente no debería haber forma de vida una humana, el sonido de un teléfono retumbó. En ese instante, unos ojos ambarinos relucieron a pesar de la inmensa oscuridad que acechaba en las profundidades de la cueva.
            - ¿Diga? - pronunció ronco, con cierto tono de alerta.
            - ¿Coriu? - dijo una voz bella y aterciopelada por la otra línea.
            - Oh, eres tú - susurró más relajado - ¿Qué desea? ¿Necesita algo?
            - Si. Necesito que sigas a Maiga - se escuchó una leve risa - Creo que por fin le va a dar “eso”.
            - ¿Está segura? - preguntó Coriu, en un sinfín de emociones - Si actuamos antes de tiempo, no tendremos el ataque sorpresa.
            - Confía en mí - dijo con desdén - Su energía ya se está activando y si no le damos un pequeño empujón, podríamos no conseguirlo. Es el momento de mover ficha.
            - De acuerdo. - espetó. - Adiós
            - Espera - alzó la voz, produciendo un sonido estridente por el auricular.
            - ¿Qué? - inquirió Coriu, con tono impaciente.
- Que no se te escape de las manos. No quiero ningún daño ni hacia ella ni hacia Javier o Maiga, ¿entendido? - ordenó. Solo remover la duda y empezar a abrir una brecha en su confianza hacia ellos.
- Si, tranquila - rió - Un trabajo silencioso y sin brechas.
- Exacto.
- Ya que estamos, por favor, no vuelva a meterse en el bosque. Toda la energía que está canalizando está dejando el bosque más seco que un desierto.
- No me digas lo que tengo que hacer - susurró, de tal forma que Coriu notó un escalofrío en su espalda, detectando que había echo mal al decir tal comentario.
- Si, mi señora. Disculpe mi arrogancia.
- Adiós.
                                                           ***
La casa de Nubia siempre había sido un lugar apacible, lugareño, a pesar de que sus padres prácticamente no estaban en casa. Era una pareja de negocios, de trabajos con mucho tiempo ocupado y apenas tenían tiempo de cuidar de la casa. Sin embargo, siempre estaban ahí para comer y cenar con su hija, la cual le bastaba con eso.

Ya dentro de ella, Olivia y Javier se sentaron en el sofá de la habitación de su amiga, un tanto incómodos. Después de ellos, apareció Nubia por la puerta, un tanto cansada por subir las escaleras con las muletas, las cuales, en cuanto entró en el cuarto las tiró al suelo y después se tiró ella misma encima de un enorme sillón, al lado de sus amigos. Notando el nerviosismo de Olivia, Nubia sonrió, relajando la expresión de su amiga.
            - Muchas gracias por venir - dijo Nubia, inclinándose hacia delante - no me lo esperaba.
            - No es para tanto mujer… - susurró Olivia, sonrojándose - eres nuestra amiga.
            - La verdad- dijo Javier con indiferencia - Es que me ha costado convencer a tu amiga - colocó sus manos en los bolsillos del pantalón - Que no quería venir.
            - ¡¿Cómo?! - exasperó, apoyándose en sus rodillas - ¡Eso es mentira! - le dijo a Nubia, para después darle golpes en el brazo de Javier.
            - ¡Ah! ¡Pero estate quieta!  
Nubia observó la escena un tanto asombrada: Javier intentaba esquivar los numerosos golpes de Olivia, sin mucho éxito. La exasperación de ella y la indiferente burla de él, causó un efecto humorístico en la escena, provocando que nubia no pudiera evitar reír. Olivia y Javier pararon al oír la agradable risa de su amiga; se miraron y sonrieron.

            - “Hace muchísimo tiempo que no veía a Javi sonreír de esa manera”- pensó Olivia.
            - ¡Hey! Así me gusta, Nubia - dijo Javier, aun con la sonrisa en su rostro - ¡Sonríe!
            - Claro, al contrario que tú, que nunca lo haces - contestó entre risas.

En ese mismo instante, Javier tosió intentando disimular para volver a poner su cara seria que tenía de costumbre y le echó a Nubia una mirada que fulminaría a cualquiera
            - Oh, para que hablé
            - Vamos, Javi ¡Anímate! - sonrió Olivia, dándole una pequeña palmada en la espalda.
            - Bueno, hoy es un día especial - dijo él, guiñándole un ojo a Nubia.
Sin haberse dado cuenta de su gesto, Olivia se sonrojó ante el comentario de su amigo.

            - No lo dirás por mi, ¿no?
            - Pues… no - contestó, un tanto desconcertado.
Con la cara muy colorada por la vergüenza, Olivia se levantó, cogiendo una almohada y mirando antes a Nubia, susurrándole “Lo siento”, golpeó con ella a Javier. Casi ahogándolo con las millones de plumas que salían del viejo cojín, Olivia seguía golpeándolo hasta que él la cogió por las piernas sin avisar y la puso bocabajo, obteniendo que soltara por fin la blanda arma.
            - ¡Ah! ¡Socorro!
            - Javi, por favor, bájala - exigió Nubia, asustada ante la reacción de su amiga.
            - ¿Seguro? No me gusta que me maten a golpes blanditos - contestó Javier, con cierto toque humorístico aun con el semblante serio.

De repente, una ola de energía emergió de Olivia, provocando una leve presión en el ambiente, haciendo que Nubia y Javier reaccionaran poniéndose tensos. Acto seguido, él soltó a Olivia dejándola en la cama, consiguiendo así, que la gravedad volviera a su estado natural. Ella, con los pelos alborotados y la cara más roja que un tomate, se incorporó y sin muy bien porque, notó que algo no iba bien, pero no pensó mucho en ello.
            - Maldito…
            - No digas eso mujer…-dijo Javier, muy serio, tapándole la boca.
Sorprendida por su reacción, se aparto meditando la situación. Se les notaba un poco tensos y eso la incomodó. Sin embargo, su cuerpo le dio la salida perfecta para escapar de esa situación.
             - Disculparme, pero tengo que ir al baño - excusó sonriente, saliendo de la habitación bastante deprisa.

Ya fuera de la habitación de su amiga, en el pasillo, camino del lavabo, Olivia seguía pensando en Javier y en la situación del día. Su actitud era bastante distinta a la de siempre. Sonriente y amable, esos eran sus estados de ese día, pero de normal era más sombrío y taciturno. El ambiente de la habitación había cambiado justo cuando sintió una fuerte opresión en el pecho. De todas maneras, esa no era su mayor pregunta.
            -“Si no estaba contento por mi cumpleaños, ¿Por qué será?”
                                                                       ***
Saltando de árbol en árbol, no muy lejos de donde Nubia y los demás estaban, una sombra se dirigía hacia ningún lugar.

            - Mierda - dijo Coriu, exasperado - se me olvidó preguntarle a mi señora cual era la dirección.
Sin saber a donde ir, intentó sondear cualquier rastro de energía influyente en un radio de unos cuantos kilómetros.

            - Joder - se frotó el mentón, nervioso - Nadie me había dicho nada de un puto bosque ¿Por qué nadie activará su Suzent?
De pronto, Coriu notó una onda expansiva, no muy grande, procedente de un lugar no muy lejos de su posición. Se incorporó en el borde de la rama donde estaba e intentando concentrarse, consiguió localizar exactamente una constante leve onda de presión que se creaba y se destruía en cuestión de segundos.

           - Perfecto - dijo, sonriendo maliciosamente, retomando el camino.
                                                                       ***


<3 (Me encanta el humor retorcido de Coriu) <3

1 comentario:

  1. Buenos días, nubecita <3 ¡Nominada! http://notodoesfantasia.blogspot.com.es/2014/11/premios-tag.html

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