Voy a dedicar este blog a viejas y nuevas historias escritas por mi. Espero que os agraden y enganchen, al mismo tiempo que seais mis criticos ya que vuestra opinion si que importa. El género de mis historias suelen ser fantástico, romantico y a veces suelo ser un poco cruel o injusta con los personajes , según otros lectores. Vosotros direis.
Comenzaré con una historia que he estado escribiendo estos dias el principio, pero la llevaré dia a dia. Os ilustraré con el prólogo para que os situeis un poco dentro de ella. Es en primera persona.
Prólogo
Siempre e creído que una persona sin pasado, no tiene
preocupaciones. No tiene ningún lazo con nadie, sitio u objeto, por tanto es
libre. No siente atracción ni repulsión hacia algo o alguien, así que puede
experimentar y descubrir. Puede empezar de nuevo. Y eso, desde mi punto de
vista es bueno.
En un mundo enorme, con llanuras de expansiones ilimitadas,
criaturas sorprendentes sin descripción alguna y todo tipo de personas con
diferentes habilidades, costumbres y experiencias, ¿Quién no quiere ser libre
de explorarlo?
Sin embargo, el país donde residen los edificios más altos
envueltos en millones de colores llamado Gitember,
está en guerra con la llamada Bruja Negra, la cual es nombrada así porque
intenta sumir en una oscuridad eterna el mundo en el que vivimos, incluyendo Gitember, es decir, donde yo vivo. Por
eso me es imposible salir.
No es que le tenga miedo a lo desconocido, ni que no pueda
valerme por mi misma o defenderme, pero les está prohibido la salida a
cualquier persona que no sea un “Seguro”, es decir, aquellos que recibieron el
poder de la luz bien por herencia o por voluntad de la naturaleza porque así
debe de ser. El destino y esas cosas tan extrañas. Los “seguros” con la luz
desarrollada, son llamados al Ejercito, sin importar el genero ni la edad, para
luchar contra las amenazas que asolan a la capital, en este caso, la Bruja
Negra.
Nosotros, los “inseguros” vivimos en los barrios bajos, pero
no por ello menos luminosos, de Gitember.
Nos sigue protegiendo la barrera, aunque pagamos un precio bastante alto para
que los barrios altos nos den la luz suficiente para poder iluminarnos y no
dejar que nos sumamos en la oscuridad. A cambio nosotros, les ofrecemos espectáculo
o eso es lo que mi jefa, Noira, piensa.
Noira es una mujer un tanto mayor, pero con gran fuerza en
sus extremidades tanto superiores como inferiores; no por menos es la mejor
acróbata de todo el mundo y, como bien he dicho, la jefa del circo Du Vinci y mi jefa. Soy una pequeña aprendiz
de acróbata de diecisiete años y me llamo Alina.
El arte de la acrobacia no es nada sencillo, ya que se
necesita tener buen equilibrio, agilidad y coordinación, además de saber
controlar el poder de tu mente, gran dominio del cuerpo, un perfecto estado
físico y mantener la calma en todo momento. El más mínimo error en cualquier número
puede desencadenar un desastre fatal. Y la jefa no tolera errores.
Realmente, quiero a Noira. Me acogió siendo yo una cría sin
idea alguna de mi pasado y me enseñó a valerme por mi misma, dándome un trabajo
además de una manera de subsistir sin necesidad de la “luz” que poseían algunos
privilegiados. Sin preocupaciones, más que vivir la vida día a día y no fallar
en ningún número que hacíamos cada noche.
Sin embargo, como suelen decir tanto los “seguros” como los
“inseguros”: “el destino está escrito y
cada uno tenemos que asumir el papel que nos a escrito, aunque eso conlleve un
giro de 360º a nuestra vida.”